Las declaraciones que el presidente, Javier Milei, brindó durante la noche del lunes en cadena nacional parecen no haber caído del todo bien a los ciudadanos. Descontentos con el feroz ajuste que, como contrapartida, fue necesario para alcanzar el superávit fiscal anhelado por el mandatario, muchos vecinos de Capital Federal y alrededores –en lo que se conoce como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)– hicieron sonar sus cacerolas.

Las imágenes de los ciudadanos expresando su descontento rápidamente se viralizaron en las redes sociales, siendo los barrios porteños de Caballito y Palermo –donde Milei ganó cómodamente las elecciones– en los que más ruido se escuchó en toda la Capital Federal.

También hubo cacerolazos en los barrios porteños de Villa Crespo, San Telmo, Villa Lugano, Villa Devoto y en la zona de Congreso.

En el conurbano bonaerense se sintieron en localidades como Avellaneda, bastión del peronismo, y extrañamente en Olivos, cerca de la Quinta Presidencial.

En un mensaje que se emitió por cadena nacional a las 21 de este lunes, Milei anunció: “El sector público nacional registró un superávit financiero de 275 mil millones de pesos. Es un hito que debe enorgullecernos a todos como país, es un esfuerzo heroico. El milagro económico responde a la motosierra”.

Para graficar la importancia de estos datos, siempre según su visión, enunció: “Parece una definición técnica, pero no es ni más ni menos que el único punto de partida para terminar con el infierno inflacionario que fue la Argentina desde la caída de la convertibilidad”.

El descontento social viene del feroz ajuste gracias al cual el Estado logró el superávit fiscal. Es decir, en marzo se gastó menos de lo que se recaudó, y esto fue posible gracias al recorte en diversas áreas, como obra pública, universidades e incluso medicamentos para pacientes oncológicos, entre otros ítems.