La ministra de Trabajo, Raquel «Kelly» Olmos, ratificó este viernes la posición del Gobierno en favor de una reducción de la jornada laboral, ya que afirmó que la situación actual «es uno de los resabios más anticuados de la legislación» argentina.

En declaraciones radiales, la integrante del Gabinete explicó que el Gobierno no quiso insistir con «un planteo propio» y señaló: «Pensamos que estaba un debate en el Congreso y quisimos apoyar el consenso que se alcanzara para avanzar en esta materia«.

Sin embargo, planteó dos puntos importantes que debería contemplar una ley que modifique la reducción de la jornada laboral: «Que se alcance progresivamente ese nuevo horario y que deje un marco importante para la negociación tripartita, dada la heterogeneidad de actividades y la necesidad de adaptar esta duración de la jornada dada las características de cada actividad».

A falta de un mes para el final del mandato del presidente Alberto Fernández, Olmos reconoció que la gran deuda pendiente tiene que ver con «el poder adquisitivo de los ingresos» y recordó que su cartera sostuvo «las paritarias libres» y se «redujeron los plazos de homologación» de los acuerdos salariales.

«Lo que más afecta la capacidad adquisitiva de los salarios es el problema inflacionario, que tiene que ver con un desequilibrio macroecónomico», concluyó.