La derrota del Frente Progresista en la provincia sin dudas tendrá consecuencias. Los 662.596 votos que cosechó el ex gobernador Antonio Bonfatti no fueron suficientes para que el socialismo retuviera el Ejecutivo.

Si bien todavía no llegó el momento para que los dirigentes del partido realicen un análisis de las causas que llevaron a que el espacio pierda su bastión después de doce años, ya empiezan a escucharse las voces luego de lo que fue el acto eleccionario que depositó a Omar Perotti a la Casa Gris y marcó el retorno del justicialismo a la conducción de Santa Fe. Y como si todo esto fuese poco, la derrota estuvo en manos de otra de las grandes figuras del Socialismo, Bonfatti, con quien Lifschitz ha sabido mantener diferencias.

Las palabras más esperadas eran las del actual mandatario provincial Miguel Lifschitz, quien a más de 24 horas de conocerse los resultados, decidió brindar sus primeras impresiones. El gobernador no ocultó su amargura tras el domingo: “Nada emparda la derrota sufrida en la categoría más importante”.

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El Socialismo ganó en las dos ciudades más importantes de la provincia: Rosario y Santa Fe. Pero también logró una muy buena cosecha en la Cámara de Diputados. Es que 28 de los 50 diputados serán del Frente Progresista, entre ellos el propio Lifschitz. “Vamos a colaborar con el futuro gobierno para que le vaya bien”, indicó el gobernador en charla con Radio 2.

Aunque no perdió la oportunidad para marcar logros en su gestión. “El piso es alto, creo que nosotros terminamos bien nuestra gestión, bien valorada. Terminamos con un piso alto que va a poner al futuro gobernador en la obligación de sostener una gestión de la salud, de la educación, del deporte, de la Justicia”.