Foto gentileza Prensa Concejo

El concejal Juan Monteverde fue el protagonista de uno de los discursos que más se recordará, al menos por un tiempo, en el Palacio Vasallo. Hace poco más de una semana increpó a los concejales de Cambiemos y en particular a Roy López Molina por la realidad económica y social del país y fue denunciado penalmente por algunos de sus dichos, bajo la figura de “instigación al delito”.

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Pasó otra sesión, las aguas se calmaron un poco, y el edil y presidente del bloque Ciudad Futura accedió a un mano a mano a fondo con Conclusión para aclarar sus dichos, opinar sobre la denuncia y la postura de algunos de sus compañeros de recinto.

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Además dio su visión de la ciudad y de alguno de sus principales problemas, al tiempo que elaboró algunos balances respecto a su fuerza política, que irrumpió como novedad allá por 2015 y hoy pretende ir por más, en un proyecto que siempre incluyó gobernar Rosario. Puede gustar o no ideológicamente, pero sin duda es un elemento distinto dentro de debate político local.

– ¿Cómo toma que lo hayan denunciado penalmente por alguno de sus dichos en el Concejo?

–  La denuncia es impresentable, nunca se puede judicializar un discurso parlamentario. Y el denunciante es impresentable también, un ex funcionario de Cambiemos. Ni le damos importancia. Si parece grave que el presidente del Concejo y el presidente del bloque socialista (Horacio Ghirardi dijo que Monteverde debía definir si está dentro o fuera de la institucionalidad), se monten en esa idea de decir que fue antidemocrático, instigación a la violencia, la metáfora del bidón de nafta, me parece grave y peligroso, y si bien la denuncia es improcedente, querer meter preso a alguien por lo que piensa es verdaderamente antidemocrático y se llama fascismo. Que fuerzas que se dicen democráticas aporten a acciones  fascistas, es peligroso. Es clima de época, intentar resolver con el código penal lo que no se puede en el debate.

«Lo mejor del 2001 fue decir ‘estas instituciones no representan a nadie, que venga otra forma de construir'»

– ¿Entonces entiende que no fue un discurso con rasgos de “antipolítica”?

– Los que usan la palabra ‘antipolítica’ son unos ladris. Venimos de un partido con una militancia de diez años. Somos anti determinados políticos y anti corporación política. No vamos a estar nunca defendiendo la idea abstracta de institucionalidad. Los partidos tienen que decidir si le dan mas bola a lo que pasa afuera o cuidan la corporación. Si cuando la política, como pasó en el 2001, no mira lo que pasa afuera, y está en el microclima, cuando la política no está a la altura, la gente se lleva puesta las instituciones. Y cuando la gente se canse porque la política no da respuestas, porque vienen y los políticos miran para otro lado, no vamos a estar defendiendo la corporación. Lo mejor del 2001 fue eso, decir estas instituciones no representan a nadie, que venga otra forma de construir, otras generación militante. No fue antipolítico sino anti algunos políticos. Nos consideramos como movimiento social hijo del 2001. Esta política estos partidos y estas instituciones, estamos convencidos, más ahora desde adentro, no sirven. Y cuando lo decimos se molestan mucho, porque es cuestionarlos a ellos mismos. Esta institución hoy no funciona para garantizar derechos a los que más necesitan. Si para garantizar negocios a unos pocos. Casi lo único que aprobamos todos los jueves son proyectos empresarios. ¿Ese Concejo vamos a defender, esa idea de democracia?

– ¿En qué más cuestiona Ciudad Futura al ‘statu quo’?

– Ciudad Futura viene de dar dos luchas estructurales: una por la tierra y otra contra la violencia y el narcotráfico. Poner las instituciones del estado al servicio de unos pocos, está demostrado que no funciona nunca. El socialismo cancherea, critica al gobierno nacional, pero hace lo mismo a otra escala. Que haya más edificios en construcción, y determinado tipo de desarrollo, no es beneficioso para la ciudad. Después de 10 años de crecimiento, de construcción en mts2, la ciudad es más desigual y más violenta. Cual es la respuesta, si la ciudad no creció prácticamente en número de habitantes y los que no tenían siguen sin tener vivienda. Se construyó, no para resolver el déficit habitacional sino para hacer negocios. No vamos a convalidar ese modelo de desarrollo de la ciudad, queremos un estado presente, que planifique y que haya inversión privada como hubo, hay, y habrá, pero que esa inversión pueda canalizarla el estado para mejorar. ¿Puerto Norte a quien benefició? Es un lavadero de plata que no resolvió nada, urbanísticamente no otorgó nada. Esa visión choca porque es poner en cuestión un modelo.

«Nuestra visión choca porque es poner en cuestión un modelo»

– ¿Están solos en esas “luchas” dentro del Concejo?

– Hay diferentes bloques que lo venían planteando, de otra manera quizás, enfocado distinto. Pero hay aliados con los que vamos construyendo acá adentro si se quiere, con Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular) coincidimos bastante en estos temas. Lo que más molesta de Ciudad Futura es que cuestionemos la propia institución y la forma de hacer política. Pero se van a tener que acostumbrar.

– ¿Por eso propuso armar un “gran frente” para ir contra Cambiemos en las elecciones de 2019?

– Uno intenta construir una alternativa política para que el neoliberalismo no se consolide, y que gane en Rosario sería una consolidación importante a nivel nacional.  Y además, para cambiar estas políticas, porque acá no gobierna hace 30 años Macri, sino el socialismo, y hay problemas propios del modelo de desarrollo local, ahora agravados por las políticas neoliberales. A la par, hay que trabajar en medidas concretas, un camino no bloquea a otro. Propusimos esta forma innovadora hacer una gran interna para la categoría de intendente entre peronismo, socialismo y nosotros, para evitar el retroceso en Rosario. Basado en el resultado de las últimas elecciones, si dividimos por cuatro y de un lado está el Pro y después tres fuerzas con más del 10 %, es matemática, no hay que ser analista. Hicimos las propuestas a principio de año para que no se pierda en una rosca política. Esa discusión hoy está con muchas mezquindades, sobre todo del lado del socialismo. En las próximas semanas va haber novedades, en torno a sacar la discusión a la calle, y que si dirigentes de partidos quieren seguir haciendo las mismas cosas, si se miran a ellos mismos, bueno que la militancia también desborde a sus dirigentes, que apuesten a otra cosa si es que quieren.

«Después de 30 años de gobierno, con un ciclo agotado, hay que evitar que venga algo peor»

– ¿Puede pensarse en ese frente sin el socialismo?

– Para que funcione y sea una estrategia ganadora, tiene que ser de a tres. Para realmente mostrar que estamos de un mismo lado los que creemos que el neoliberalismo nos lleva a la perdición. Y no mezclados en un frente, es para definir quien es mejor candidato para enfrentar al Pro y después cada uno tendrá su lista de concejales. Lo vamos intentar hasta febrero cuando cierren listas. Creemos que es el momento de disputar esa candidatura a intendente para demostrar que otra forma de construcción es posible, y que después de 30 años, con un ciclo agotado hay que evitar que venga algo peor.

«Si no queremos que se prenda fuego todo, generemos herramientas para que no suceda»

– Es decir que tienen vocación de gobierno, a pesar de ser una fuerza ‘de izquierda’…

– Nuestra práctica no es testimonial, oponer sin denunciar, sino proponer, Ciudad Futura se caracteriza por eso. Gestión social, economía colaborativa, el Tambo La Resistencia, todo lo que tenemos es una forma  de mostrar que otra sociedad es posible. Que los pibes de Nuevo Alberdi y Tablada terminen la secundaria, que en el sistema formal no la terminan porque los expulsa, con un sistema pedagógico innovador, lo hacemos en Alberdi y al gobierno municipal no le interesa. Innovación política desde el territorio para que puedan acceder todos los ciudadanos, hay que tener el poder del estado para multiplicar eso. Y eso se da ganando elecciones. Justamente como no queremos que se prenda fuego todo, generemos herramientas para que no suceda, si después no las quieren tratar, es otro tema. Ahí mostramos la voluntad,  no queremos que haya más hambre en los barrios, nosotros construimos desde otra lógica, vamos a apostar a las herramientas institucionales y políticas.

– ¿Por qué cree que no se dan estos debates de fondo en Rosario?

– Tiene que ver con un cambio de paradigma, respecto al rol de las ciudades, tienen que tener un protagonismo distinto. No puede ser solamente escenario y bajada de lo que se discute en nación. Falta debate local y decisión política para darle vuelo a la discusión. Estuvimos hace poco en una actividad con el vice alcalde de Barcelona, y lo que se discutía ahí no lo vi en otro lado acá, otra forma de construcción política, contradicciones y dinámica de estado, movimientos sociales, crisis de representación, lo que pasa afuera y adentro. Buscar recursos donde hay, en este país, en esta provincia y en esta ciudad, los que más tienen son los que menos pagan, es un sistema para que los pobres sean más pobres y los ricos más ricos, más allá de políticas puntuales que puedan beneficiar a unos u otros, estructuralmente es así. Inventar nuevas formas de hacer, animarse a enfrentar poderes. El poder público está de rodillas ante el poder privado ¿Vamos a defender instituciones donde los más ricos mandan a sus abogados y se pasean como si fueran dueños de este lugar? No vale la pena.

– ¿Cómo se explica desde su lógica la instalación del narcotráfico en la ciudad?

– Está directamente vinculado con la cuestión del modelo de desarrollo. El principal problema de estas organizaciones es que hacer con la plata que generan, si no la meten en negocio lícito no la pueden usar. Hay que atacarlo por arriba y por abajo: en los barrios, de una vez por todas encarar una política revolucionaria en términos de integración urbana, no solamente llegar y pavimentar, tenes que llegar con políticas urbanísticas, económicas, que regeneren el tejido social excluido. En los barrios, cuando aparece camino diferente el pibe los toma, sino las aulas de nuestras escuelas no estarían llenas. Es mentira que no quieren laburar, que quieren hacer plata fácil, estar expuesto a la muerte todos los días no es plata fácil. Y por arriba ir por la ruta de la plata.

«Es un gran desafío no convertirse en eso que tanto criticamos, hay que generar anticuerpos»

– Ciudad Futura irrumpió en 2015 como una novedad en la política local, ¿cómo evitar perder esa ‘frescura’?¿Siente el desgaste?

– Lo que pasó en 2015 fue una demostración de que se podía con otras reglas y otras formas de construcción, sin transar con otros actores de poder, presentarse a elecciones y tener un resultado enorme, como salir tercera fuerza e irrumpir en la escena y también en las instituciones del estado. Es un gran desafío el cómo hacer para que la dinámica de estos lugares no te transforme en lo que criticaste, encontrar ese equilibrio entre jugar con algunas reglas del sistema institucional para poder sacar adelante proyectos para poder transformar vida a la gente, es decir ni aceptar todas las reglas por sacar cosas, ni por querer ser tan distintos quedarse en nada, marginalmente. El desafío es permanente, de todos los días  y tiene distintos momentos. El del otro dia fue el momento de decir ‘no nos domesticaron, no vamos a aceptar que esto sea así’. Hay una dinámica muy poderosa en estos lugares para arrastrarte, con pequeñas derrotas diarias. Un anticuerpo es donar el 70% del salario, que va directamente a Ciudad Futura, en transferencia directa todos los meses, para el desarrollo de campañas, para no pedir plata empresarios, tener autonomía económica. Y para no acostumbrarse a un estándar de vida que no era el que teníamos. Hay determinadas cosas que son principios fundamentales.

– ¿Hay alguna inquina especial hacia López Molina o se lo provoca solamente por ser el candidato natural de Cambiemos a la intendencia?

– Rodrigo López Molina es el representante del poder, siempre va a tener facilidad. La desigualdad que se da en la sociedad es la misma que se da en la distribución de las repercusiones. Hace un proyecto de un pedido de informe porque los trapitos cobran 100 pesos en el circo, y tiene tres días de cobertura. Está bien esa noticia para un pueblo de mil habitantes ahora con los problemas que hay en Rosario eso no puede ser nunca el eje de un tipo que quiere ser intendente . Hay una lógica muy perversa entre medios y política de estar discutiendo pavadas. Y no se lo ataca porque sea candidato, es el bloque con más concejales y él es el presidente, entonces que venga a trabajar a las comisiones, que de la cara y que de argumentos si piensa que correr al estado , atar tarifas y todo al dólar, son políticas sustentables porque es volver al mundo y los alimentos en el almacén de esquina salen cada vez más. No la pueden dibujar.