Dentro de la Casa de Gobierno bonaerense el clima es tenso. Es que no se ve con buenos ojos las medidas individuales que tomaron algunos municipios respecto al uso de barbijos y ese accionar provoca malestar en diversas áreas, teniendo en cuenta que esas iniciativas van en contra de las recomendaciones de la Nación y Provincia.

El conflicto se da a partir de la decisión de varios intendentes de hacer obligatorio el uso de barbijos, pese a las recomendaciones del ministerio de Salud de la Nación que si bien no descartó su uso, no considera necesario un uso obligatorio.

El primer mandatario municipal que impulsó la obligatoriedad del uso de barbijo fue el jefe de distrito de Zárate, Osvaldo Cáffaro, con quien no existe una buena relación de parte de algunos funcionarios de primer nivel de la provincia de Buenos Aires,  el secretario de Seguridad  Sergio Berni.

Pero no es el único que se apartó de las decisiones de Nación y Provincia, en Olavarría, Rivadavia, Lincoln y General Lamadrid, todos pertenecientes a Cambiemos, ya tomaron la misma medida. También se sumaron otros distritos gobernados por el PJ como Roque Pérez y Villa Gesell. En Junín, los concejales del Frente para la Victoria presentaron proyecto para la obligatoriedad del barbijo.

Pese a que desde el Ministerio de Salud bonaerense ya aseguraron que no se declarará el uso inexcusable del barbijo, el senador nacional de Cambiemos, Roberto Basualdo, presentó un proyecto de ley para determinar lo contrario.

El propio ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, fue claro en relación a su uso: “El barbijo está reservado para los que trabajan con enfermos”. Algo que profundizó la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, al señalar que los barbijos de “quirúrgicos” o de “alta eficacia” son “insumos críticos a nivel mundial” que deben reservarse para los equipos de salud y para personas con síntomas, casos sospechosos y confirmados.