A pocas horas del segundo debate entre los candidatos a la Casa Blanca, numerosos legisladores del Partido Republicano condenaron las palabras lascivas de Donald Trump en un video filtrado el viernes pasado y le pidieron la renuncia; aunque el propio millonario, que pidió perdón ayer, siguió en campaña y agradeció el apoyo de sus votantes vía Twitter.

SI bien el magnate dejó claro que no se bajará de la carrera presidencial y envió un comunicado en el que pidió disculpas -«Lo dije, estuve mal y me disculpo»- al seno interno del partido y en una situación inédita en la historia republicana, las aguas se enturbiaron como nunca.
El senador John McCain, candidato a la presidencia en 2008 y uno de los más críticos con Trump, retiró ayer su apoyo y sostuvo que «su comportamiento esta semana y la publicación de sus comentarios denigrantes hacia las mujeres hace que sea imposible que respalde su apuesta».

En tanto, la ex secretaria de Estado republicana, Condoleezza Rice, aseguró con un tajante «Basta» que Trump «no puede ser presidente» y carece de la «dignidad» necesaria para el cargo.

El presidente de la Cámara de Representantes y líder del Partido Republicano, Paul Ryan, condenó ayer las palabras de Trump diciendo que le “revolvían el estómago” y anunció que cancelaba el acto que iban a compartir en Wisconsin

El senador Marcos Kirk, quien ya le había revocado su respaldo en junio pasado, llamó a Trump a abandonar la carrera para que el partido pueda «comprometerse con las reglas de reemplazo de emergencia», destacó hoy el diario The Washinton Post.

También el senador republicano de Utah, Mike Lee, le pidió que de «un paso al costado» y que se buscara «un nuevo candidato». A ellos se sumaron, varios senadores reublicanos que pidieron lo mismo, incluidos el tercero en la línea en la cámara, John Thune.

Ayer, vía Twitter el senador por Nebraska, Ben Sasse, escribió: «El carácter importa. @realDonaldTrump obviamente no va a ganar. Pero él puede todavía hacer algo honorable. Echarse a un lado y dejar intentarlo a Pence», en alusión al aspirante a la vicepresidencia, Mike Pence.

En la misma línea se manifestó el senador por Idaho Mike Crapo: «No nos equivoquemos. Necesitamos un liderazgo conservador en la Casa Blanca. Urjo a Donald Trump a echarse a un lado y permitir al Partido Republicano proponer un candidato conservador como Mike Pence que pueda derrotar a Clinton».

«Cuando eres una estrella, ellas te permiten hacerlo. Agarrarles por la vagina, lo que sea», le decía Trump a Billy Bush, ex conductor del programa Access Hollywood.

Ni el llamado a prohibir a que ingresen musulmanes al país, ni haber calificado a los mexicanos de «criminales y violadores», ni por cuestionar a un juez federal por ser «mexicano», ni haber criticado a la familia de un soldado musulmán que combatió en Irak, ni por decir que las mujeres «deberían ser castigadas» por abortar, ni siquiera por llamar «miss Piggy» a una Miss Universo que engordó unos kilos.

Ninguna de esas declaraciones provocaron tanto rechazo interno como las del viernes.
Hasta la propia Melania Trump, la esposa del candidato desde el mismo año que el audio del video fue tomado, dijo que «las palabras que mi marido usó son inaceptables y ofensivas para mí. Eso no representa al hombre que yo conozco».

Rudy Giulini, defensor a ultranza de Trump, y uno de los pocos que salió a apoyarlo dijo hoy que espera que el candidato pida nuevamente una disculpa en el debate y que está «genuinamente apenado», destacó la cadena CNN.

El multimillonario, que rechazó renunciar a sus aspiraciones presidenciales, pareció hacerse hoy eco del sondeo en un mensaje publicado en su cuenta de la red social Twitter: «Apoyo tremendo (excepto de algún «liderazgo» republicano). Gracias», escribió.
Sin embargo, esa tendencia podría revertirse. Está por ver si el magnate sobrevive políticamente a este escándalo o como aseguró hoy a la cadena CNN la activista republicana Crystal Wright quien sostuvo que el video puede convertirse en «la sentencia de muerte de su campaña».