«La elecciones de medio tiempo por definición, siempre resultan un primer examen que da un gobierno, en este caso me atrevo a decir que no solo ocurrirá con el oficialismo sino que una porción importante del peronismo se encuentra en la misma situación. Porque en los dos distritos más importantes, el peronismo presentará lista en las Paso en Ciudad Autónoma de Buenos Aires y provincia  -que representan el 38% del electorado- y con distintas líneas, peronismo tradicional y kirchnerismo peronista».

Así comenzó Ricardo Rouvier el diálogo con Conclusión, ante la pregunta de como ve el posicionamiento del peronismo y el oficialismo de cara a las próximos comicios en el país y como repercutirá sobre todo el territorio nacional. Rouvier es licenciado en Sociología; doctor en Psicología Social. Maestrando en Epistemología y profesor universitario. Además, es titular de R.Rouvier & Asociados.

Rouvier centra la charla en como incide la falta de definición del peronismo en la vida institucional dle país luego de la derrota sufrida en 2015. No deja al margen el impacto que sufe la vida de las naciones cuando las prioridades pasan por deficiniciones táctitcas, es decir, cortoplacistas. Y repara en la falta de densidad institucional e inestabilidad económica en la que se sumergen los países del cono Sur, mayoritariamente dependientes del capitalismo mundial que da vida a un sistema que enerva la corrupción emergente y que la convierte en una actor político. Además, si bien define y caracteriza la transición a la contienda electoral, focaliza la atención en las limitaciones de época, dice «nadie piensa estrategicamente, faltan fuerzas políticas que nos digan hacia que tipo de país se quieren proyectar».

—¿Usted ve dos lineamientos, por un lado Randazzo y por otro el Kirchnerismo, como propuesta constituyen una opción entre personas o entre dos proyectos políticos diferentes?

—En general siempre hubo en el peronismo diferencias, salvo en los primeros años de Perón, aunque vale la salvedad que existió una diferencia con el Partido Laborista que la prestó el nombre a Perón en las elecciones del 46, pero siempre hubo varios peronismos. Hoy en provincia de Buenos Aires se observa un peronismo kirchnerista con la conducción de Cristina, y otro más tradicional fundado en sí mismo que lo expresaría Randazzo y un tercer peronismo que es del interior que tiene poco que ver con los dos anteriores. La diferencia política está basada en una concepción de cómo se resuelve el conflicto, el kirchnerismo tiene una visión de conflicto permanente, con la necesidad de enfrentarlo atacando fuertemente al adversario con un estilo de imposición del poder, además de su fuerte vocación. El peronismo más tradicional también la tiene, pero con una disposición distinta de como lleva la dinámica política en el territorio, posee una concepción diferente basado más en el último Perón, y en esta dinámica también se ubica el peronismo del interior. El último Perón es el de la conciliación. Y esta visión influye. Cristina no ha tenido una buena relación con el PJ. Incluso, hay diferencias respecto de cómo se miran los doce años de kirchnerismo, el peronismo no kirchnerista de Buenos Aires y del interior rescatan más a Néstor Kircchner, no así a Cristina. Estas diferencias están evidenciadas con más nitidez en la provincia de Buenos Aires y en CABA. En cambio en el interior del país, el peronismo parece manifestar una tendencia a la unión, aunque involucra a muchos dirigentes como ser gobernadores, sindicatos y personas, por caso en Santa Fe, Omar Perotti.

—¿Y el movimiento obrero?

—En el caso del movimiento obrero se expresa alieneandose la CTA en el kirchneriismo y la CGT cerca del peronismo no kirchnerista. Estos alineamientos se producen porque no existe un conductor, de allí que sea más difícil el ordenamiento. Probablemente, lo que veamos en los próximos años es si el kirchnerismo continua. Dada su idiosincrasia, por tener un estilo jacobista, el kircnerismo ira a la confrontación, en cambio el peronismo tratará de unificarse y de tener una oferta política. Seguramente será un hombre del interior el que lidere ese proceso. Si gana Randazzo, se lanzará al 2019, previo acuerdo en una mesa con el resto de los dirigentes peronistas, mientras el kirchnerismo puede que quede afuera o no. La otra alternativa es que el kirchnerismo gane la elección con Cristina candidata y en ese caso saldrá reposicionada -no totalmente- pero con posibilidades de proyectarse como para volver. El triunfo le daría legitimidad para querer hacerlo. El problema se da entre el liderazgo y la conducción, el peronismo necesita una conducción.

—¿La situación histórica condiciona los estilos de estas fuerzas?  ¿lo táctico influye o se trata de la naturaleza de cada fuerza?

—La política en el mundo se ha vuelto extremadamente táctica, nadie define lo estratégico. En el peronismo no se ha redefinido la Comunidad Organizada ni el socialismo nacional. En el kirchnerismo tampoco, Néstor y Cristina prometieron una sociedad distinta pero dentro del régimen, que sea más igualitaria, con más distribución… mejor distribución de la Justicia , pero sin una mirada estratégica. En realidad el gran problema que tenemos a diferencia de los 70 es que no existe una fuerza política que nos diga dónde vamos o cual es la sociedad que deberíamos construir.

—¿Ambos peronsimos tienen un límite biológico para encarar transformaciones con una concepción humanista con la cual abordar la historia y la política Argentina?

—Si, la identidad peronista con el crecimiento vegetativo de la población y con la transformación de las generaciones va desapareciendo.

—El peronismo posee tres banderas históricas, que representan una síntesis a los grandes problemas que guardan vigencia con la realidad política y económica que hoy atraviesa el país, sin que aparezca otra síntesis superadoras de éstas por parte de otra fuerza política ….

—Si guardan vigencia, el problema es lograr que estas banderas se realicen y la construcción del poder es una en el kirchnerismo y es otra en el peronismo. Pero hay que tener en cuenta que en el kirchnerismo no hay idea de un frente amplio social y político. Porque tiene una visión más estrecha de la política, en cambio, el peronismo si quiere ir a un proyecto de sociedad debe hacer frentes más amplios, no solo políticos, sino sociales, empresariado, trabajadores, productores, estudiantes, pymes, cooperativas y otras expresiones de la sociedad civil.

—El éxito inicial del kirhnerismo consistió en conformar una transversalidad similar a la del primer peronismo, porque uno y otro en sus inicios no existían como luego se los denominó, es decir fueron muy parecidos en como construyeron una opción de poder, uno preelectoralmente y el otro una vez que accedió al gobierno...

—No hay que olvidar los contextos, el kirchnerismo emerge tras la crisis del 2001, la elección fue entre 3 lemas peronistas y Kirchner entra segundo pero el ganador no compitió en el balotaje. Néstor alcanza el gobierno con baja legitimidad y crecerá a partir de distintos gestos y acontecimientos. La primera etapa de Néstor es de transversalidad, que luego abandona y se vuelca al caudal peronista advirtiendo que es la  principal base de sustentación. La transversalidad duro un tiempo y fracasó o terminó.  Cuando Cristina se hace cargo, acentúa más el kirchnerismo más endogámico, expresada en la frase «Vamos por todo», -bien jacobina- pero para ir por todo hay que tener con que hacerlo. Esta frase puede sonar como una consigan de guerra, sintetizada como «el otro o yo» y donde uno mata o muere. Como no existe violencia para una salida política entonces esa consigna solo se puede respaldar con mucho consenso social y político.

—Frente a este dilema que ofrece el peronismo, y una gestión de gobierno que no parece expresar a amplios sectores de la población, al tener que ser plebiscitados ambos da la sensación que el problema no es de la fuerzas políticas solamente sino de toda Argentina….

—Si, es un problema para los argentinos, debemos pensar que Argentina institucionalmente -aunque pocos lo vean- está bajo una situación grave, hay casi 100 ex funcionarios que están imputados y procesados. La ex presidenta está procesada, también está en problemas Mauricio Macri por Panamá Papers y Correo Argentino acompañado por otros funcionarios de su gestión. Murió Nisman y no se sabe aún que pasó. Es muy delicado lo que pasa, el país no estallará pero la densidad institucional de Argentina es baja. Cuando se ventile la situación de Odebrecht en Brasil tal vez encontraremos sorpresas con intereses cruzados entre la administración anterior y la actual. Decimos que Brasil está complicado, sí, pero nosotros también.

—Da la sensación que hay un límite en el desarrollo institucional y económico para los pueblos de los países que se desarrollan al amparo de un capitalismo dependiente, como si les fuera ínsita la corrupción por el entramado que enhebra este sistema que arrastra a oficialistas y opositores

—Considero que la corrupción es un actor político, a diferencia de décadas atrás en las que la corrupción era solo de la derecha -es decir, la oligarquía- y nada más. El correlato, era la ética del resto del arco político. A partir del «Mani Pulite» la corrupción se va desplazando y ahora es un actor político. Porque ahora se ponen de acuerdo e influyen en la política intereses comerciales y económicos cruzados. Sospecho que nos vamos a encontrar empresarios o asesores actuales vinculados a ex ministros del gobierno anterior, todavía eso no emergió. De ser así esto demuestra que por lo menos la política es un límite en el que se pueden comprometer acuerdos de no agresión, sería algo así como: «Yo gobierno y me llevo el 85% y vos te llevas el 25% de las obras. Mañana ganas vos las elecciones y hacemos al revés pero siempre estamos», de ser así será un duro golpe.