La Cámara de Senadores de la provincia de Santa Fe dio sanción este lunes al proyecto que declara de interés provincial la protección de los humedales santafesinos.

De autoría del diputado provincial Fabián Palo Oliver, la iniciativa declara el interés por “la preservación, conservación, defensa y mejoramiento de todos nuestros humedales y sus elementos constitutivos”, fundándose en que aquellos mantienen y contribuyen a sostener el orden del ecosistema, lo que conlleva al desarrollo de condiciones favorables para todos los componentes bióticos (flora y fauna) y abióticos (agua, temperatura, luz, oxígeno, nutrientes) que actúan sobre dicho medio.

Tras haber recibido en su momento media sanción en la Cámara de Diputados, el Senado dio el visto bueno y ahora quedará en manos del Ministerio de Medio Ambiente de la provincia, autoridad de aplicación. El mismo tendrá a su cargo distintas acciones que coadyuvarán al logro de los objetivos propuestos por la ley y gestionará los humedales según los postulados declarados en el proyecto.

Según detalló el legislador Palo Oliver a la hora de exponer el proyecto, la tarea de conservar, defender y mejorar el ambiente comprende el ordenamiento del emplazamiento poblacional y de la actividad industrial, el uso racional del agua, flora y fauna en función de valores del ambiente, la eliminación de actividades o factores peligrosos para el medio ambiente y la preservación de monumentos naturales, reservas forestales y refugios de la vida silvestre, además del trabajo educativo para promover esta labor de conservación.

Por esto mismo, con la ley en funcionamiento se establece que ante cualquier acto de alteración o degradación que afecte directa o indirectamente al humedal, se procederá al accionar inmediato, por las autoridades correspondientes, impidiendo su avance en ese sentido disvalioso.

Entre algunos de los fundamentos expuestos por el diputado, sostuvo que “el valor fundamental de la protección de los humedales reside en la protección del valor intrínseco de nuestra naturaleza”, y que “asimismo, los humedales en buen estado generan importantes beneficios para la población como la seguridad alimentaria, la seguridad del agua, un seguro ambiental gracias a la formación de zonas tampón naturales frente a los daños que causan las tormentas, inundaciones y sequías y a todo ello hay que añadir su valor espiritual, recreativo, educativo y cultural”.

“Este complejo ecosistema, de una gran riqueza, conformado por cientos de elementos que nos brindan una biodiversidad única y que permiten sostener toda una gran zona en perfecto equilibrio con otros subsistemas, de verse afectado tan solo uno de sus componentes, alteraría de gran forma el estado natural creado y los daños provocados serían  de tal magnitud, que  llevarían a la pérdida total o parcial del complejo estado de interrelaciones entre sus componentes”, dijo Fabián Palo Oliver, a la hora de hablar sobre la importancia de la preservación.

Así también, “los humedales degradados, por ende  provocan la aparición de enfermedades infecciosas y el resurgimiento de enfermedades relacionadas con el agua, comprometiendo la salud humana, disminución o desaparición de  la biodiversidad, fauna, flora, suelo, paisaje, un cambio climático de gran relevancia en el área, con efectos devastadores para todos, no sólo a los que pueblan las zonas costeras o ribereñas”.

El humedal es “una zona de tierras, generalmente planas, cuya superficie se inunda de manera permanente o intermitentemente. Al cubrirse regularmente de agua, el suelo se satura, quedando desprovisto de oxígeno y dando lugar a un ecosistema híbrido entre los puramente acuáticos y terrestres”, comprendiendo categorías geológicas de propiedades diversas como ciénagas, marismas, pantanos, turberas así como las zonas de costa marítima que presentan negación periódica por el régimen de mareas (manglares).