Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires  –

El diputado nacional y secretario General de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, fue muy duro con la participación de la CGT en la negociación con la UIA, tras el acuerdo al que arribó y que representó para los trabajadores, una quita del 25%, como también criticó el papel de los monopolios del alimento y la comunicación.

El legislador consideró además, que existe un gran respaldo de parte de la sociedad para aplicar un impuesto a las grades fortunas, aunque la guerra mediática se haya iniciado con la defensa de los grupos dominantes que ejercen presión a través del lobby  que ejercen desde las fundaciones y ONGs que ellos financian.

En diálogo con Conclusión, el titular de la CTA criticó el acuerdo alcanzado entre la CGT y la UIA: según consideró, al acordar una rebaja del 25% del salario en las empresas que no están funcionando debido al aislamiento obligatorio por coronavirus: «Estamos viendo el abuso, porque sabíamos que iba a pasar».

-¿Yasky usted cree que la iniciativa de la CGT de acordar esta quita apunta una suerte de administración de la pandemia, o puede ser el puntapié para fijar lineamientos de un proyecto que intentarán los poderosos consolidar en el futuro? Es decir un país donde solo ponen los trabajadores…

-Es un poco las dos cosas, no podemos dejar de mirar el futuro inmediato que nos ubica en un escenario, donde el primer acto reflejo de muchos gobiernos en América Latina, y de los grupos de poder es aplicar fórmulas de ajuste porque la economía retrocede. Porque la renta de los grupos empresarios cede a raíz de la menor actividad producto de la caída del comercio. Entonces lo primero que piensan es cortar el hilo por lo más delgado. La idea es que tenemos que adelantarnos al momento en el que buscarán presentar este acuerdo como hecho consumado y como consecuencia lógica del daño económico producido por la pandemia. No tiene justificación que las empresas que nunca pararon recorten salarios. No es comparable con aquellas que cerraron por la pandemia y que garantizaron el 75%.

-¿Cuál es la acción de prevención que pueden interponer los trabajadores?

-Avanzar con el impuesto a las grandes personales, como punto de partida. Y no como punto final de una serie de medidas que hay que tomar con el objeto de evitar que recaiga el peso de la crisis, nuevamente, sobre quienes ya pagan con la exclusión, la miseria y la pobreza. Y que ante el advenimiento de la pandemia se les agudiza porque ya venían padeciendo y sufriendo su vulnerabilidad tras cuatro años de liberalismo.

-¿Es necesario un debate dentro del movimiento obrero y distintos sectores del Frente de Todos y sus aliados, para encontrar una herramienta jurídica que obligue a pagar a los ricos en forma sistemática? Porque hay muchos de ellos que tienen sus fortunas en cuentas offshore y paraísos fiscales que pidieron al gobierno subsidios para pagar el sueldo de sus trabajadores…

-Creo que tiene que haber una convergencia entre los sectores que estamos en el Congreso pugnando para tratar de generar políticas publicas distributivas con las demandas de los movimientos sociales, sindical, los sectores vinculados a la pequeña empresa, los movimiento s cooperativos, son todos sujetos sociales que hoy aparecen en un segundo plano. Hoy solo ocupan las portadas de los grandes diarios las propuestas de los empresarios que apoyaron el endeudamiento y que ahora pretenden dar lecciones de cómo se paga la deuda externa, con una propuesta muy amigable para los acreedores de Argentina. O sectores como el grupo de los 6 que aprovecha su predisposición a las convocatorias del Gobierno para inducir la política de recorte salarial. Hay muchos actores a los que no se le da prioridad, y están distantes de las convocatorias oficiales que tienen que ser tenidos en cuenta para construir una articulación de fuerzas. Una alianza que haga posible discutir la necesidad de una reforma tributaria para que paguen más los que más tienen. Sustentar una posición de firmeza frente a los acreedores. Discutir como reactivar la economía a partir de restringir espacios a los especuladores financieros que hoy presionan a través del dólar paralelo para moverle el piso a todos los argentinos.

-¿Con que celeridad?

-Ya, porque son iniciativas imprescindibles y que no se pueden postergar. Si había temas – que uno imaginaba – antes de la pandemia que podían ser parte de una agenda de mediano plazo, hoy es una necesidad urgente. –

-El dólar paralelo solo moviliza el 3% del mercado que especula, y todas las operaciones internacionales de importación o exportación son con el dólar a 69 pesos, ¿porque este incrementado el precio de los alimentos?

-Hay que pensar en una ingeniería de medidas que deben discutirse desde el gobierno, y el Banco Central para poner coto a este intento de genera una ola que a partir de la especulación de un sector insignificante en relación con el movimiento total de la economía, sin embargo genera la posibilidad de que los grandes medios de comunicación coloquen en sus títulos de todos los días, presiones sobre las expectativas de la sociedad a trabajar esa subjetividad para condicionar al gobierno frente a los acreedores, justificar devaluaciones, y para generar una ola especulativa que permita sacar ganancias de corto plazo aumentando precios y estableciendo condiciones de usura.

-¿Que se hace ante esto?

-Son movimientos que hay que parar, no se puede permitir que esta ola crezca y se convierta en una avalancha, porque ya vimos y sentimos que paso en otras épocas, situaciones que significaron que el riesgo país y el precio del dólar paralelo llevaran a los argentinos a una psicosis que se tradujeron en desastres que solo beneficiaron a unos pocos, delincuentes de guante blanco. Lo que vemos es a delincuentes de guantes blancos.

-¿Cree necesario un reencuentro del Frente de Todos, para debatir internamente estos temas y reformular definiciones». Parece que hay desinteligencias.

-Creo que el Frente de Todos tiene voluntad de avanzar, ayer en el recinto de Diputados, el jefe de nuestro bloque, Máximo Kirchner, tuvo definiciones que fueron claras, planteó una crítica respecto del tratamiento que le dio el gobierno a una empresa que despidió trabajadores en medio de la pandemia. Son debates que se tienen que dar en la medida que sigamos buscando la forma de definir las políticas que deben garantizar, que no se imponga por inercia la lógica de que tienen que pagar los platos rotos los trabajadores.