El Vaticano y la República Popular de China están a punto de firmar un acuerdo para la designación común de obispos, según ha podido saber RD de fuentes vaticanas, que han añadido que el anuncio podría darse «antes del regreso del Papa de los países bálticos».

El acuerdo sería el primer paso para blindar la unidad de la Iglesia en el país y lograr que finalmente los católicos del gigante asiático puedan sentirse «plenamente católicos y plenamente chinos», a pesar incluso de que los dos Estados jamás han tenido relaciones bilaterales desde el nacimiento de la república oriental.

Tras años de reuniones entre las delegaciones negociadoras sea en Roma sea en Beijing, el hecho de que el diario oficial chino en su versión inglesa, el Global Times, haya hablado por primera vez de la posibilidad de un acuerdo inmimente parece confirmar la proximidad del acuerdo. Según la voz oficial, resta aún una reunión en Beijing la semana próxima antes de confirmar un acuerdo entre las partes que podría darse la semana próxima.

Según informaron fuentes al tanto de las negociaciones, el primer acuerdo, de firmarse, tendría dos ejes básicos: uno es el reconocimiento de parte de Roma de siete obispos ordenados por las autoridades chinas sin el consentimiento del papa, todos antes de la entronización de Francisco el 13 de marzo de 2013. Se trata de los obispos de Mindong, Zhan Silu, ordenado en 2000; el de Kunming, Ma Yinglin, ordenado en 2006; el de Wuhu, Liu Xinhong, ordenado en 2006; el de Chengde, Guo Jincai, odenado en 2010; el de Leshan, Lei Shiyin, ordenado en 2011; el de Shantou, Huang Bingzhang, ordenado en 2011 y el de Harbin, Yue Fusheng ordenado en 2012.

El otro eje es un mecanismo conjunto, con posibilidad de opinión de ambos lados, para la designación de los futuros obispos. La voz final, de todos modos, la tendrá el obispo de Roma, que podrá ejercer derecho a veto si no está de acuerdo con los nombres que le lleguen, quizás en formato de terna, desde Asia. Según las fuentes, el borrador del convenio a definirse en las próximas semanas cede menos potestad a China que la que tuvo España con el concordato de 1953 a través del que Francisco Franco se arrogaba el «derecho de presentación», convertido en un veto implícito a las designaciones episcopales.

«Es un acuerdo mejorable que va a ser revisado con el paso del tiempo, y que servirá para iniciar casi ad experimentum», resume una fuente al tanto de las negociaciones que describe, en clave bergogliana: la realidad es superior a la idea.

Según las voces vaticanas, el acuerdo sería de naturaleza puramente pastoral, sin tocar temas de relacionamiento entre los dos Estados. El objetivo, repetido desde épocas de Benedicto XVI es que los católicos del país asiático puedan sentirse «plenamente católicos y plenamente chinos». Según estimaciones extraoficiales, hay entre 10 y 12 millones de católicos en China, menos del 1% de la población total. De todos modos, esta semana la voz oficial del Global Times estimó en «apenas» 6.5 millones los católicos.