La aparición de nuevos documentos en los archivos desclasificados del Vaticano muestran el «consenso y aprobación» del Papa Pío XII al plan de la Santa Sede para refugiar judíos perseguidos durante el nazismo, al tiempo que confirman que la iniciativa de ofrecer lugares de culto católicos «no podía no tener la aprobación» pontificia, según un experto italiano.

«Documentos de una casa religiosa de Roma del barrio de Trastevere en los años 1943 a 1945 revelan un plan para esconder a judíos perseguidos para cumplir el deseo del Papa», planteó a Télam el historiador Antonello Carvigiani.

Carvigiani, estudioso de los archivos vaticanos sobre la época del nazismo, ya había publicado en 2014 un artículo en el que mostraba que dos monasterios romanos, Santa Susana y Cuatro Santos Coronados, habían dado refugio a judíos perseguidos entre octubre de 1043 y junio de 1944.

El nuevo descubrimiento, en base al análisis de los documentos sobre el pontificado de Pío XII (1939-1958) desclasificados por pedido del papa Francisco en marzo de 2020, refuerza la hipótesis de que el entonces pontífice «haya emitido una disposición oral para todas las estructuras católicas» en las que mostraba su deseo de ayudar a los judíos perseguidos.

Para el historiador italiano, «la acción humanitaria de la Iglesia, particularmente en Roma, en la diócesis del Papa, con la extraordinaria movilización en parroquias católicas, conventos, monasterios, universidades y hospitales no podía dejar de contar con la aprobación y el apoyo del Papa».

La tesis de Carvigiani continúa la línea de investigación que también mantiene, entre otras la fundación Raoul Wallenberg que preside el argentino Eduado Eurnekian y que señala como «Casas de Vida» a todos los lugares de culto católicos que durante el pontificado de Pío XII sirvieron para dar refugio a judíos perseguidos.

«Incluso se encontraron refugiados en estructuras directamente vinculadas al Vaticano, como San Juan de Letrán, una de las cuatro basílicas papales de Roma. El pontífice era consciente de ello», agregó Carvigiani a la agencia de noticias Télam.

Para el historiador italiano, luego de más de diez años de análisis de documentos sobre la época, «fue el mismo Pío XII quien permitió esta gran obra de caridad».

«Los colaboradores más cercanos del Papa se comprometieron en un trabajo humanitario y diplomático sin precedentes. Evidentemente, tenían el consentimiento y la aprobación del Papa», añadió.

Los nuevos documentos, que aparecerán en un artículo de la revista «Nueva Historia Contemporánea» este año, se suman además al estudio del director del Archivo Histórico de la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano, Johan Ickx, que en su libro «Pío XII e gli Ebrei» (Pío XII y los judíos, en español) publicó el año pasado cómo durante el pontificado de Eugenio Pacelli (1939-1958) los esfuerzos de la Santa Sede estaban dirigidos «a salvar a cada ser humano, sin importar su color o credo».

A través del análisis de miles de documentos, Ickx constató cómo el papa Pío XII, incluso antes de ser elegido pontífice, instruyó una suerte de «doctrina sobre la ayuda a los judíos que por más de 50 años fue una especie de manual de la Iglesia Católica en esa dirección».