El padre Malachi Martin reveló cosas que quedaron ocultas en el 3er Secreto de Fátima.

El padre Malachi Martin leyó el 3er secreto de Fátima.

Juramentó no revelarlo, pero fue dando indicios de él hasta que murió en 1999, que nos permiten conjeturar buena parte de él.

El 3er secreto de Fátima anuncia las tribulaciones que vendrán al mundo y la Iglesia por haberse alejado de Dios. Nos da una salida para que no escalen.

También anuncia que la tribulación sucederá por conductos humanos, relacionados con el grupo de los poderosos del mundo. Y revela que Satanás tendrá un poder especial sobre el último Papa, anterior al Triunfo del Inmaculado Corazón de María.

Cuando el futuro cardenal, Agostino Bea, salió de la reunión con Juan XXIII, estaba pálido como los moribundos.

Entonces el padre Malachi Martin, su secretario, le preguntó: “¿Qué pasa Eminencia?” Y él respondió: “Acabamos de liquidar a mil millones de personas, mire esto”. Además, le entregó una hoja que contenía un texto de 26 líneas, que el padre Martin leyó rápidamente.

El papa Juan acababa de decidir no publicar el tercer secreto de Fátima y no consagrar a Rusia.

Y dice Malachi que desde ese día, cada palabra del texto del tercer secreto de Fátima quedó grabada de forma indeleble en su mente.

El padre Malachi Martin, un jesuita de unos antecedentes y formación impresionantes, juró no divulgar el contenido del secreto. Pero dada la importancia del tema, indicaba si las hipótesis que le mencionaban sobre él eran correctas o no.

Sin embargo, en su libro “Las Claves de esta Sangre”, Martín no se contuvo y escribió que la formulación escrita en el Tercer Secreto cubre tres temas principales.

Un castigo físico a las naciones, que implica catástrofes, provocadas por el hombre o naturales, en la tierra, en el agua y en la atmósfera.

Un castigo espiritual, mucho más aterrador y angustioso que las dificultades físicas, especialmente para los católicos, que consistiría en la desaparición de la fe, la apostasía; un período de infidelidad generalizada en muchos países.

Ambos están regulados por Rusia y por su conversión. Estos sucesos están destinados a castigar a las naciones por su impiedad y abandono de las leyes de Dios.

Señaló también Martin que los castigos que esperan al mundo, si insistimos en rechazar la solución de la Santísima Virgen de Fátima, comenzarían de forma inesperada, acompañados de confusión y pérdida de racionalidad por parte de la humanidad.

El resultado sería que partes de continentes serían borradas para siempre, naciones enteras aniquiladas y muchas más perderían la fe.

Según Martin, el castigo espiritual aparentemente comenzó poco después de 1960 y señaló: “Cardenales, obispos y sacerdotes están cayendo como hojas en el infierno. La fe desaparece en países y continentes y muchos de los elegidos perderán la fe”.

Incluso acotó que las cosas irán tan mal que, si Nuestra Señora no interviene, nadie se salvaría. Entonces, la apostasía en la Iglesia sería el trasfondo del Tercer Secreto.

A lo largo de los años, donde Malachi Martin respondía preguntas, pero no revelaba el texto del tercer secreto, surgieron tres temas de importancia.

El primero es que dijo que todo este proceso podría evitarse, no es necesario que suceda, si se concedieran dos solicitudes que hizo María. Una, que quien fuera Papa en 1960 publicara el texto del Tercer Secreto, para que todo el mundo lo leyera y lo supiera. Y dos, que el entonces Papa, con todos sus obispos actuando colegiadamente, debía consagrar Rusia al Inmaculado Corazón de María.

Ninguna de estas condiciones se cumplió durante la época de Juan XXIII, y Martin lamentó particularmente que la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María no se hubiera realizado en octubre de 1962, cuando 2.500 obispos se reunieron en el Vaticano para abrir el Concilio.

Por lo tanto, Rusia es el instrumento elegido por Dios para castigar a la humanidad a través del error, las guerras y la persecución. Pero una vez consagrada, será el instrumento de una nueva evangelización.

Y cuando Rusia se convierta, se produciría un período de gran paz y prosperidad.

Con todo esto, es bien claro que las apariciones de Fátima están relacionadas con el período de gran tribulación, que aparentemente ya estamos cursando.

Estas revelaciones terminan diciendo que va a haber una intervención del Cielo y va a triunfar el Inmaculado corazón de María, pero en Fátima no dice cómo será este proceso. Recién cuatro décadas después, cuando Nuestra Señora baja a Garabandal, se revela cómo será esa intervención.

La tribulación seguirá su curso ascendente y tendrá un pico importante cuando Rusia invada Europa y se declare una guerra masiva.

Tras ello, el Cielo enviará el aviso para reformar la conciencia del mundo, y lo reafirmará con un Milagro permanente en varias partes del mundo, en que María apareció.

Después, según sea el resultado de la conversión, vendría el Castigo, que ya se habría iniciado en la década de 1960, pero irá creciendo paulatinamente, y tendrá una nueva escalada.

El segundo tema de importancia que surgió de las contestaciones de Malachi Martin es que cuando la Guerra Fría aún estaba en pie, declaró en una entrevista con Bernard Jenson, que existía un poder superior al que ambas superpotencias rendían homenaje. Un grupo de personas detrás de la ficticia guerra fría entre Estados Unidos y Rusia, cuyo objetivo era crear un nuevo orden para el mundo.

Tanto los países occidentales como los del bloque comunista estaban siendo maniobrados para crear un mundo impío y ateo, más allá de cualquier ley.

Mientras caminaba por la Avenida Lexington de Nueva York, le dijo a Bernard Janson, que aunque EE.UU. todavía tuviera estructuras democráticas y aunque todavía pudieran votar, en realidad ya estaban siendo controlados desde arriba. Sentenció que en los próximos años, las decisiones más importantes ya no las tomarían los estadounidenses.

En este nuevo orden en el mundo, los Estados individuales ya no contarán, todo se globalizará, y este nuevo ordenamiento mundial será más económico que político. La situación geopolítica actual estaría dominada por el flujo de capitales y bienes materiales, y ninguna nación puede prescindir de ello.

Dijo que los hombres que dirigen este nuevo ordenamiento no están vinculados a ninguna nación en particular. Habló de unas setenta personas que deciden el destino de naciones enteras. Y que incluso el Vaticano está bajo el control de estos pocos hombres de inmenso poder, y debe hacer lo que le dicen para sobrevivir. Este grupo sería el responsable de la tribulación.

El tercer tema de importancia, es que Satanás quiere ganar poder en los escalones más altos de la Iglesia. Se le preguntó si es cierto que el último Papa estará bajo su control.

Asintió, pero precisó que esto no significa necesariamente que sea el último Papa antes del final, sino el último Papa de estos tiempos, o sea antes de la intervención decisiva del Cielo, que culminará en el triunfo del Inmaculado Corazón de María. Después, que las palabras «bajo el control de Satanás» pueden tener varios significados.

Hay varias formas en que Satanás puede controlar a un ser humano, parcial o totalmente.

La persona puede haber «vendido el alma al diablo» a cambio de un favor, o Satanás puede controlar a las personas y las circunstancias que rodean a esa persona.