El gigantesco grupo bancario Deutsche Bank anunció hoy que suprimirá 9 mil puestos de trabajo y se retirará de 10 países, incluida la Argentina, con el fin de recortar gastos por unos 3.800 millones de euros, de aquí a 2018.

La supresión de 9 mil puestos, de los cuales 4 mil son en Alemania, donde se cerrarán 200 filiales, se hará de «forma justa», prometió en rueda de prensa en Fráncfort el presidente ejecutivo John Cryan, que asumió sus funciones en julio.

El primer banco alemán anunció igualmente que pondrá fin a sus actividades locales en Argentina, Chile, México, Perú, Uruguay, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Malta y Nueva Zelanda, informaron los representantes de la entidad alemana.

El grupo eliminará además 6.000 puestos de consultores externos y cederá en los próximos dos años activos que representan hasta 20.000 puestos, dijo Cryan en la conferencia de prensa brindada en Fráncfort.

La entidad también planea modernizar su tecnología obsoleta y fragmentada y retirarse de los lugares de mayor riesgo; según dijo Cryan, el plan también tiene como objetivo ver al banco convertirse en una entidad mejora capitalizada.

El banquero británico que maneja la entidad alemana desde hace cuatro meses ya había dejado entrever que preparaba una vasta reestructuración cuando asumió sus funciones.

«Desgraciadamente, esto pasa por el cierre de algunas de nuestras filiales y de actividades en algunos países, e implica reducir» el personal, sostuvo, y agregó: «No es nunca una tarea fácil y no lo haremos a la ligera».

La reestructuración está pensada para enderezar el grupo, que en el tercer trimestre sufrió unas pérdidas netas récord de 6.010 millones de euros, y acaba de anunciar que no pagará ningún
dividendo a sus accionistas en 2015 ni 2016.

Según Cryan, estos resultados «muy decepcionantes» se explican porque Deutsche Bank ha debido depreciar fuertemente el valor de su banco de inversiones para anticiparse al endurecimiento de la reglamentación financiera europea y por los costos masivos de numerosos procedimientos judiciales en los que está implicado.

Y «salvo que haya un milagro», el grupo registrará pérdidas para el conjunto de 2015, según su presidente.