El Senado brasileño inició este miércoles una histórica sesión para decidir si abre un juicio de destitución a la presidenta izquierdista Dilma Rousseff, acusada de maquillar las cuentas públicas.

El plenario de la Cámara Alta comenzó los debates una hora más tarde de lo programado, en una jornada que se prevé extensa. La oposición afirma que cuenta con la mayoría simple de 41 votos para aprobar el juicio y apartar del poder a la primera mujer presidenta de Brasil por seis meses, antes de adoptar una decisión definitiva.

A su vez, ayer Senado brasileño revocó el mandato del ex jefe del grupo oficialista en la cámara alta, Delcidio Amaral, el parlamentario que implicó a la presidenta Dilma Rousseff y su antecesor Luiz Inácio Lula Da Silva en la trama de corrupción de la petrolera Petrobras.

El plenario del Senado avaló la decisión con el voto de 74 legisladores y ninguno en contra, informó la agencia EFE.

Amaral se convirtió así en el tercer senador en la historia de Brasil en ser despojado de su mandato y antes fue el primero en ser detenido por la policía en pleno mandato, bajo los cargos de corrupción y obstrucción de la justicia.

Fue arrestado en noviembre pasado, después de que un antiguo directivo de Petrobras difundiera un audio en el que el entonces senador le ofrecía silencio a cambio de un soborno.

Una vez detenido, hizo un acuerdo para lograr una reducción de eventuales condenas o la libertad condicional a cambio de dar detalles de las maniobras delictivas que conocía.

La justicia reunió entonces 225 páginas de una declaración que implica a decenas de políticos, entre ellos Rousseff, Lula y otros dirigentes oficialistas y opositores.

La Fiscalía usó ese testimonio, además, para abrir una investigación contra Aécio Neves, candidato derrotado por Rousseff en las presidenciales de 2014, presidente del PSDB y principal líder de la oposición.

La revocatoria del mandato se conoció en el día anterior de la fecha prevista para la sesión del Senado en el que la oposición apunta a conseguir una cantidad suficiente de votos para suspender por 180 días a Rousseff para someterla a un juicio político bajo la acusación de maquillar las cuentas públicas.