El papa Francisco reivindicó hoy el modelo de una Iglesia «en salida, que escucha y se detiene ante los más pobres», y animó al Círculo de San Pedro a «buscar el bien de los demás, no el prestigio propio».

«Su sodalicio, inserto en la realidad eclesial de la diócesis de Roma, es expresión de una Iglesia ‘en salida’: una Iglesia que camina para buscar, visitar, encontrar, escuchar, compartir y detenerse ante las personas más pobres», afirmó este lunes el pontífice en audiencia con los miembros del Círculo de San Pedro, institución de trabajo caritativo en la capital italiana fundada en 1869.

«A cada uno de ustedes les es pedido no simplemente ir al encuentro de los más necesitados, sino también de ir llevando a Jesús: se trata de compartir su palabra, la del Evangelio, de repetir sus gestos de perdón, de amor, de regalo, de no buscar el prestigio propio sino el bien de los otros», agregó durante el encuentro realizado en la Sala Clementina del Palacio Apostólico.

«Los animo a continuar su testimonio del Evangelio de la caridad, a ser siempre instrumento de la ternura de Dios hacia cada persona, especialmente los más frágiles y descartados», agregó el obispo de Roma.

En su exhortación apostólica de 2014 Evangelii Gaudium («La alegría del Evangelio»), Francisco había planteado los lineamientos de una Iglesia «en salida» que refuerce su «transformación misionera».

“Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación», había escrito Bergoglio en su primer texto como papa, en el que procura una pastoral que coloque «a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la res­puesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad”.