Panamá celebra este domingo sus sextas elecciones generales tras la invasión estadounidense de 1989, unos comicios con resultado incierto debido a la irrupción de un candidato independiente entre los favoritos, en medio del creciente rechazo ciudadano a los partidos tradicionales y a la corrupción.

Las urnas abrieron para que 2,7 millones de panameños elijan, en una sola vuelta, al sucesor del presidente Juan Carlos Varela, con baja popularidad producto de la desaceleración económica, la sensación de corrupción y la crisis de sectores como la salud pública y la justicia.

También se eligen los 71 diputados de la Asamblea Nacional, 81 alcaldes y otros 700 cargos locales.

Siete candidatos aspiran a la presidencia, aunque las encuestas dan como favoritos a los opositores Laurentino Cortizo (Partido Revolucionario Democrático, socialdemócrata), Rómulo Roux (Cambio Democrático, derecha) y al independiente Ricardo Lombana.

Varela no se presentó a la carrera ya que la Constitución panameña no permite la reelección inmediata.

En un sondeo del instituto español GAD3, publicado el jueves por el diario La Prensa, Cortizo ostenta la mayor intención de voto (36,1%), seguido de Roux (26,2%) y Lombana (19,6%). La encuesta, con un margen de error de 2,9%, da cuenta de 10,6% de indecisos.

Cortizo, ganadero y empresario de 66 años, fue ministro del expresidente Martín Torrijos (2004-2009), pero dimitió por controversias con el Tratado de Libre Comercio entre Panamá y Estados Unidos.

Roux, de 54 años, es apoyado por el apresado expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014), de quien fue canciller y ministro del Canal.

Pero es una incógnita saber el poder de convocatoria que aún pudiera tener el exgobernante, enjuiciado por presunto espionaje, y enemigo político de Varela.

Por otro lado, Lombana, abogado y periodista de 45 años, ha subido como la espuma en los últimos meses con su furibundo discurso contra la corrupción y los partidos tradicionales.

Precisamente mientras crece el hastío ciudadano por escándalos en la Asamblea Nacional, que implican a diputados de todos los partidos, y por la falta de resultados judiciales en los llamados «Papeles de Panamá», los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht y otros casos de corrupción local.