El titular de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (Catt), Juan Carlos Schmid, dijo que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, «sabe que más allá de las declaraciones y los ruidos, si la escalada inflacionaria tiene este (actual) voltaje los pedidos de aumentos serán inevitables«, en referencia a la posibilidad de que los gremios reclamen la reapertura de las paritarias.

En otro orden, Schmid afirmó que el dirigente gastronómico (Luis) Barrionuevo «es uno más» en el espectro de conducción sindical como para dar por seguro que una vez unificada la CGT el 22 de agosto se encolumnará al jefe del Frente Renovador, Sergio Massa.

«Hay tres centrales y él es una de las tres cabezas. Pero el peronismo irá haciendo su propio análisis. Todavía hay una ebullición que está lejos de su punto de hervor y de condensación», respondió en nota con el diario Página 12 el dirigente que se perfila para integrar con Héctor Dáer y Carlos Acuña el triunvirato que encabezaría la CGT unificada.

Sobre la proyección de la CGT que asomará el 22, señaló que aspira a que «el movimiento sindical no abandone» la idea reflejada en el documento emitido el viernes pasado cuando hace referencia a la elaboración de un «programa».

«Es uno de los grandes déficits del sindicalismo. Yo aspiro, y lo pongo en primera persona, a que el movimiento sindical no abandone esta idea. Lo último, aunque no se trató estrictamente de un programa, fueron los 26 puntos de la CGT de Saúl Ubaldini. Después hubo reacciones y peleas coyunturales», subrayó.

En términos metafóricos, el jefe del gremio de Dragado y Balizamiento enfatizó que tanto los dirigentes que se movilizaron hoy hasta el santuario de San Cayetano como los sindicalistas en general «no quieren que la caldera estalle».

«Cuando la caldera estalla se hunde el barco. Nadie busca eso. Pero aparte del foguista y del maquinista también el que está al mando tiene que hacer lo posible por evitarlo. La responsabilidad mayor es la suya», apuntó.

El moyanista Schmid fue uno de los redactores del documento que él mismo leyó en el acto más grande desde que asumió Mauricio Macri, el de las centrales sindicales en Paseo Colón el 29 de abril, y del texto emitido el último viernes por el plenario de secretarios generales.

“No hay que haberse graduado en Harvard para darse cuenta de que vamos de mal en peor”, dice el texto, a la vez que pide gestar “una iniciativa socio-económica, no electoralista, que tenga por eje vertebral al mundo del trabajo con sus necesidades y problemas”.

El documento aludido incluye una convocatoria “a las acciones gremiales que correspondan en reclamo de las soluciones que requiere la mayoría del pueblo argentino”, pero Schmid aclaró que «tanto el paro como la movilización son medidas de acción directa. Para las dos se requiere el cese de actividades. La última palabra la tendrá el congreso del 22».

En cuanto a la situación sobre el empleo informal y el desempleo, manifestó que «cambió mucho la cancha en las formas de producción y fueron aparecieron nuevos métodos de precarización».

«Si nosotros pensamos que a pesar de que en la gestión del kirchnerismo se creó una cantidad importantísima de puestos de trabajo y aun así esa precarización se mantuvo, debemos sacar una conclusión: la falta de estrategias para superar el problema no es solo responsabilidad de los sindicatos sino especialmente del Estado. Se crearon muchos puestos de trabajo frágiles», indicó.

Agregó que «el movimiento de cooperativas, las organizaciones sociales y las ONGs revelan que aparecieron formas novedosas de trabajo temporario. Hay una nueva composición de la clase trabajadora. Nosotros no dimos cuenta de ese fenómeno. Y Estado confundió trabajo con empleo».