Por Fabrizio Turturici

El juez federal Claudio Bonadio, uno de los magistrados con más protagonismo, fue entrevistado por Conclusión en el marco del XII Congreso de Economía Provincial, organizado por la Fundación Libertad en el hotel Ros Tower.

Las múltiples causas que circulan en la Justicia son vox populi en la Argentina de estos tiempos, y el juzgado de Bonadio es uno de los que nuclea los casos más importantes contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. De allí el eco que se produce con cada declaración del magistrado.

En un mano a mano escueto pero contundente, Bonadio consideró que en la Justicia, con respecto al pasado, “no cambió nada”. Además, dijo que las amenazas de muerte contra su persona “no deberían existir, pero ya son parte del trabajo”.

En otra línea, Bonadio reafirmó que no tiene “enemistad ni amistad” contra Cristina Kirchner, ya que “el único contacto directo” que tuvo con ella fue “cuando era legisladora”. Por último, habló de los “operadores” en Tribunales.

—¿Qué cambió en la Justicia con respecto al pasado?

—No cambió nada. Las instituciones funcionan y los poderes del Estado lo mismo. Creo que la independencia del Poder Judicial se tiene que reflejar no sólo en la Constitución Nacional y en las leyes, sino que tiene que haber magistrados que hagan respetar esa independencia.

—¿El sistema republicano en general y el Poder Judicial en particular, funcionaron bien durante el gobierno de Cristina Kirchner?

—No corresponde que un juez de primera instancia haga una opinión de esas características. Eso deberán responderlo los políticos que estuvieron.

—¿Recibió amenazas de muerte contra su persona?

—Son parte del trabajo.

—Pero no deberían serlo…

—No son agradables, por supuesto que no deberían existir y no las tomo con naturalidad. Pero sé que ya son parte del trabajo.

—¿Qué responde cuando se dice que usted tiene una enemistad marcada con Cristina Kirchner?

—Eso lo puedo contestar porque lo he respondido por escrito en las sucesivas recusaciones: no existe dicha enemistad porque no existe ningún acto. Yo a la doctora Fernández de Kirchner la conocí en dos oportunidades formales, cuando todavía era legisladora, y ése fue el único contacto directo que tuvo con ella. Por lo cual, no hay enemistad ni amistad.

—Tanto opositores como oficialistas denuncian que había, hay y habrá operadores en Tribunales. ¿Cómo se hace para correrlos del sistema?

—Habría que definir qué es un operador. Hay un término que se utiliza mucho en los pasillos de Tribunales, que es si uno permite o no permite lo que se conocen como alegatos de oreja. Esto significa que un abogado o un familiar venga a contarte su visión particular sobre una causa. En realidad, el problema no es escuchar, sino actuar con independencia.

—¿Alguna vez fue apretado por un personaje de este tipo?

—No sé si quisieron apretarme, lo que sí sé es que nunca los dejé.