Las dificultades escalaron este sábado, cuando el inconveniente dejó sin servicio a gran parte de Rosario y Villa Gobernador Gálvez.
La marea alcanzó un pico de 144 centímetros, cubriendo un 60 por ciento del territorio. La nueva inundación sucede a la del pasado 12 de noviembre, cuando el nivel del agua alcanzó los 187 centímetros.
El agua del mar volvió a inundar hoy algunas zonas de la ciudad como su plaza de San Marcos, pero el pico máximo se espera pasado el mediodía, aunque no será tan grave como la crecida del pasado martes, según las previsiones.
La ciudad de los canales, Patrimonio de la Humanidad, se inundó en la noche entre el 12 y 13 de noviembre por un aumento de la marea de 187 centímetros, el nivel más alto desde que en 1966 se alcanzaran los 194 centímetros.
Gonzalo Ratner, subdirector de Defensa Civil, informó que cayeron alrededor de 60 milímetros en sólo 20 minutos. Además hubo ráfagas fuertes que alcanzaron los 77 kilómetros por hora que generaron destrozos, ramas y alrededor de 10 árboles caídos.
En la provincia hay 312 personas evacuadas. Las localidades más afectadas son Coronda con más de 120 evacuados, San Justo, Gávez y San Jorge.
Los fuertes vientos elevaron el nivel del agua a 156 centímetros sobre el nivel del mar antes de retroceder, provocando una marea alta que dejó al 75% de la población inundada.
Funcionarios comunales, junto a integrantes de la Fundación Gran Chaco, colaboran en el traslado de unas 600 familias aborígenes que totalizarían "más de 2.500 personas", que viven en la zona ubicada a 600 kilómetros de la capital provincial.
El refugio ubicado en la zona rural de Zavalla se inundó con la lluvia del sábado y más de cien animales deberieron ser trasladados, por lo que solicitan a la población la adopción de los perros y gatos.
Se realizó una audiencia pública para tratar la situación de emergencia hídrica de las aguas de la laguna con autoridades de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, y el subsecretario de Recursos Hídricos de Nación.
"Es una pesadilla; el área afectada es prácticamente del tamaño de España", dijo en una rueda de prensa en Ginebra la portavoz de la OMM, Claire Nullis. Por su parte, Donald Trump llegó a Texas para evaluar los daños provocados hasta el momento.
El agua no baja en los campos de la región y como consecuencia, se perderían miles de cabezas y de hectáreas sembradas. Se estima una pérdida de 2.000 millones de pesos.