Helicópteros militares arrojaron cientos de miles de panfletos sobre los barrios orientales de la ciudad, que están bajo control rebelde, que incluyen un mapa que muestra los seis cruces humanitarios para la salida de los civiles.
Así lo sostuvo el arzobispo Bernardito Auza, el observador vaticano quien lanza la alarma a la ONU, pidiendo que se irrumpa el flujo de armas en Siria e Irak.
Es un "gesto de buena voluntad de los militares rusos", explicó un portavoz del Kremlin. "Es necesario para la puesta en marcha de la tregua humanitaria", dijo el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu.
Además de los cancilleres ruso y estadounidense, también participan de las negociaciones los ministros de Relaciones Exteriores de Turquía, Arabia Saudita y Qatar.
El ex primer ministro portugués superó fue elegido por sobre Susana Malcorra como nuevo titular de las Naciones Unidas, en reemplazo del surcoreano Ban Ki-moon.
Los generales favoritos de los neoconservadores están listos a correr el riesgo de ir a la guerra contra Rusia, como consecuencia de la situación en Siria, según ellos para forzar una solución.
El pasado fin de semana fue relativamente tranquilo en la zona, mientras que en el plano diplomático persiste el bloqueo negociador.
La decisión tomada en Moscú, se conoció dos días después que el representante ruso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, rechazara una propuesta de Francia para acordar una tregua en Siria.
El régimen sirio y los rebeldes se enfrentaban violentamente luego que Rusia bloqueara una resolución de tregua impulsada por Francia ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Esto va en en línea con un plan de la ONU para frenar una ofensiva militar sirio-rusa y evitar que la ya devastada ciudad quede destruida por completo, con miles de muertos.
El 22 de septiembre, el ejército anunció un asalto masivo para adueñarse de la zona este. Desde esa fecha, al menos 270 personas han muerto entre ellas, 53 niños, en los devastadores ataques aéreos.
Tras frustrarse acuerdo de cese al fuego, el gobierno estadounidense amenaza con el posible abastecimiento de misiles tierra-aire a grupos terroristas, aunque no directamente desde Washington.