El ejército sirio anunció inesperadamente este miércoles que «reducirá» los bombardeos aéreos y terrestres contra los rebeldes en Alepo (norte), casi dos semanas después del inicio de su sangrienta ofensiva para adueñarse de la ciudad.

La decisión fue adoptada «tras el éxito del nuestras fuerzas armadas en Alepo y la interrupción de todas las vías de suministro terroristas en los distritos orientales» de la ciudad, explicó el comunicado publicado por la agencia estatal SANA.

«El estado mayor ha decidido reducir el número de bombardeos aéreos y de artillería contra las posiciones terroristas para permitir a los civiles huir a zonas seguras», indicó.

Alepo, la segunda ciudad siria, está dividida en dos desde el estallido de la violencia en la urbe en 2012. Los grupos rebeldes controlan los barrios del este, donde se hallan atrapadas unas 250.000 personas, y las fuerzas gubernamentales y sus aliados los del oeste.

El 22 de septiembre, el ejército anunció un asalto masivo para adueñarse de la zona este.

Desde esa fecha, al menos 270 personas han muerto, entre las cuales 53 niños, en los devastadores ataques aéreos.

El comunicado oficial no mencionó si esa disminución de la ofensiva militar incluía a los bombardeos de las fuerzas rusas, aliadas del gobierno de Bashar Al Asad.

Los repetidos ataques, sin precedentes desde que se inició la guerra civil siria, permitieron a las fuerzas gubernamentales reconquistar barrios del extrarradio de Alepo.

La comunidad internacional, en especial Estados Unidos y sus aliados, que también intervienen con bombardeos a diario en el conflicto sirio, critican duramente los ataques sirios y rusos, que a su juicio no discriminan entre civiles y combatientes.

La ONU clasificó este miércoles a los barrios del este de la ciudad como «zona asediada», sometida por lo tanto a un cerco militar, sin acceso a ayuda humanitaria y sin que los civiles puedan desplazarse libremente.

El lunes, un bombardeo destruyó el mayor hospital en la zona rebelde.

Horas después, Washington anunció que suspendía toda cooperación con Moscú en el conflicto, que ha provocado la muerte de 300.000 personas desde que estalló en 2011.

Rusia y Estados Unidos son los dos grandes impulsores de las negociacionez de paz para Siria, entre grupos opositores y el régimen.