La empresa estadounidense Amazon, líder en comercio electrónico y servicios de computación, triplicó sus gastos en materia legal, con el objetivo de frenar el avance de los sindicatos. A lo largo del año pasado, la compañía destinó 14,2 millones de dólares al pago de consultores laborales, tres veces más de lo invertido en 2021, según datos presentados ante el Departamento de Trabajo de Estados Unidos.
De cara al 2023, la situación no parece mejorar, ya que los despidos de la empresa que dirige Andy Jassy siguen a la orden del día: a fines de marzo Amazon anunció que desafectará a 9.000 trabajadores, mientras que las bajas ascienden a 27.000 empleados desde fines del 2022.
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En abril del año pasado, los trabajadores de Amazon en Nueva York conformaron el primer sindicato del coloso de la web en Estados Unidos, un hecho histórico para una compañía que, desde que fue creada en 1994, se opuso a la sindicalización de sus empleados. Desde entonces, la firma bloqueó exitosamente la propagación de los gremios en su interior.
Para esto, Amazon recurrió a consultores antisindicales, que diseñaron y ejecutaron estrategias para convencer a los trabajadores de que rechacen la conformación de sindicatos.
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En el caso de Amazon, se realizaron varias reuniones –de asistencia obligatoria para los trabajadores– en donde se hacía propaganda negativa hacia los sindicatos, y se pegaron carteles que invitaban a votar negativamente por la conformación de gremios dentro de la empresa.
Sin embargo, desde la compañía, a través de una presentación, dijeron que los consultores fueron contratados para “educar a los empleados sobre los problemas, el proceso electoral y sus derechos bajo la ley”.
No obstante, la justicia, en más de una oportunidad, puso un freno a la avanzada antisindical de Amazon: en enero, un juez federal de Estados Unidos dictaminó que la empresa violó las leyes y los derechos laborales cuando amenazó a los trabajadores con no realizar aumentos salariales si estos votaban a favor de crear un sindicato.
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La inversión antisindical de grandes empresas que operan de forma global no se limita solo a Amazon: en 2021 estos gastos estuvieron liderados por la cadena de cafeterías Starbucks que desembolsó 4,3 millones de dólares.
En esta línea, el Instituto de Política Económica estimó que las empresas gastan anualmente unos 400 millones de dólares en consultores antisindicales, aunque aclararon que estas cifras podrían ser mayores ya que las compañías, gracias a lagunas en la ley, pueden no revelar sus gastos al asegurar que los consultores simplemente brindan “asesoramiento”.
