De cara al Día del Trabajador que se conmemora mañana, la CGT emitió un documento en el que reclamó que «llegar a fin de mes no dependa de techos paritarios» y recordó que «la Justicia Social se logra con más y mejor trabajo».

«El trabajo, en definitiva, es lo que hace digno e importante a los hombres y mujeres del mundo. Creemos que la Justicia Social se logra con más y mejor trabajo. Este gran ordenador social es la más importante e imprescindible herramienta para que se produzca la ansiada movilidad social», planteó la central obrera.

Sin pronunciarse sobre el proyecto de reforma laboral girado al Congreso, en el que el fondo de cese laboral reemplaza a las indemnizaciones tradicionales, la CGT marcó la importancia de trabajar «para que ser asalariado deje de ser un privilegio» y «para que llegar a fin de mes no dependa de techos paritarios».

El comunicado se emitió un día antes del 1 de mayo, que la CGT celebrará con un acto a las 17:00 en el Salón Felipe Vallese de la sede de Azopardo con la presencia de la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien visita Buenos Aires para participar de la Feria del Libro.

«En este 1 de mayo nos une el fuerte reclamo de los trabajadores para que la unidad del movimiento obrero sea la fuerza solidaria con que enfrentar a las políticas de ajuste económico y laboral», sostuvo la central obrera que, en medio de internas, se encuentra en un proceso de debate para acordar una nueva conducción que deje atrás al actual triunvirato integrado por Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña.

En el documento difundido por la Secretaría de Prensa de la CGT que está a cargo del secretario general del sindicato del Seguro, Jorge Sola, se reclamó también «mejores y más derechos que cobijen a la fuerza del trabajo».

El texto finalizó con una serie de reivindicaciones que plantea la entidad de la calle Azopardo, como «un salario digno»; «la inclusión de los desposeídos por la pobreza»; «la integración de los desclasados por la desocupación» y «la lucha contra aquellos que creen que el ajuste debe ser soportados por quienes solo poseen la fuerza del trabajo contra el capital que oprime y dispone».

El próximo jueves, la CGT reunirá a su Consejo Directivo para tratar de seguir adelante con un cronograma tentativo para renovar sus autoridades, que incluye una convocatoria al Comité Central Confederal y luego un llamado a un congreso normalizador para elegir la nueva cúpula, algo previsto para el 22 de agosto.

Este es el plan que llevan adelante los dirigentes de los sectores de los «gordos» e «independientes», con respaldo del MASA y las 62 Organizaciones Peronistas.

Pero en el marco de las divisiones que afronta la central, del lado contrario se ubica el barrionuevismo y el moyanismo que apuestan a bloquear ese proceso para alumbrar una nueva conducción de la CGT, de la que iban a quedar marginados.

La jugada del gastronómico y el camionero es que sus dirigentes dentro del Consejo Directivo se nieguen a dejar sus cargos, alegando que la actual conducción fue electa por el plazo de cuatro años (hasta 2020) y así boicotear el proceso de elecciones.

Para evitar esa maniobra, los demás sectores deberán lograr superar en número a los aliados de Barrionuevo y Moyano en la reunión del próximo jueves.