Por Andrea San Esteban

Más allá de los discursos contrapuestos a una realidad que indica despidos diarios, desde el 10 de diciembre del 2015, hasta el presente, el Gobierno nacional niega la realidad: No existen despidos masivos es la consigna. “Queremos un Estado sin la grasa de la militancia”, reforzó su ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, en alusión a supuestas contrataciones clientelares.

Entre 120.000 y 140.000 personas quedaron desocupadas en la Argentina durante los primeros cuatro meses del año, muchas estigmatizadas bajo el título de “ñoquis”, en otros casos telegramas de despido sin causa, o patovicas con listas que impedían el ingreso a planta a los trabajadores.

Según la UCA, hay 11 millones de personas en la Argentina con problemas de empleo. Esa cuenta se eleva al 57% del total de trabajadores.

En cifras: a fines de 2015 sólo 43% de los trabajadores poseía un empleo de calidad con plenos derechos, mientras que 31,9% tenía un empleo precario y 15,6% realizaba actividades de escasa remuneración, alta inestabilidad o eran beneficiarios de políticas pública. El 9,4% restante se encontraban desocupado.

Aquellos trabajadores que conservan su empleo han tenido que modificar el consumo. La canasta básica parece inalcanzable.

Canasta básica y canasta total

La Canasta Alimentaria de abril fue de 6.319 pesos, y aumentó 1% respecto de los 6.256 pesos que costaba en marzo último. Quienes no alcanzan ese nivel de ingresos entran en la categoría de indigentes. La CGT Azopardo informó que la inflación de abril fue de 5% y que una familia tipo necesitó ingresos mensuales de $ 11.382 para no caer en la pobreza. Además, denunció “la destrucción de trabajo genuino”. Según la medición que realiza la CGT, en base a datos de 19 provincias, la inflación anualizada trepa al 40,1%.

Por su parte, el Observatorio del Derecho Social de la CTA advirtió que “la cantidad de trabajadores del sector privado incluidos en las declaraciones juradas de los empleadores se redujo en 62.555 casos entre noviembre de 2015 y febrero de 2016”. Si esta pérdida de puestos de trabajo se compara con lo sucedido en períodos equivalentes de años anteriores, se ve una caída de una magnitud que no se registraba desde el 2008-2009, cuando el país sufrió los embates de la crisis mundial.

“Aprendiendo sobre la marcha”

A prueba y error, no pegan una. Lástima que la variable de ajuste sea siempre la misma: los trabajadores. El ministro Jorge Triaca sostuvo que en el sector privado registrado sólo habían ocurrido hasta ese momento 27 mil despidos. La AFIP, en cambio, consignó 62 mil, contabilizados siempre sólo hasta febrero. La diferencia entre estos dos registros oficiales viene dada porque el Ministerio de Trabajo cambió algunos de sus criterios. El Observatorio del Empleo y la Dinámica Empresarial –organismo que dentro de la cartera de Trabajo realiza los seguimientos referidos, entre otras cosas, al empleo-, dejó de medir puestos de trabajo y pasó a medir en sus lugares a trabajadores.

La cuestión regional

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomendó a los países de América Latina realizar una «reorientación estratégica» de sus políticas del mercado de trabajo, para enfrentar las consecuencias de la actual desaceleración económica. En un informe publicado por la OIT, advierte que «los logros obtenidos desde la década de 2000 en términos de inclusión social y de calidad del trabajo se han estancado recientemente e incluso, comienzan a revertirse», lo cual podría conducir a una situación riesgosa de «estancamiento estructural» en los mercados laborales. Añade que esto provoca un aumento del desempleo y la informalidad, la desigualdad, así como la erosión de la clase media.

«La señal de alerta está dada, pues la desaceleración de la economía seguirá impactando los mercados laborales de la región durante 2016 y los próximos años», dijo el director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar.

La situación económica en la Argentina es delicada. Los analistas sostienen que es baja la expectativa de creación de nuevos puestos de trabajo para la segunda mitad de 2016. Y si la inflación baja, sólo será por la caída del consumo y producción.

Desde el Observatorio de Derecho Social de la CTA advierten que, según datos publicados por AFIP, “la cantidad de trabajadores del sector privado incluidos en las declaraciones juradas de los empleadores se redujo en 62.555 casos entre noviembre de 2015 y febrero de 2016”.

El informe señala que el órgano de control fiscal se mantuvo sin actualizar datos desde diciembre de 2015 y que recién esta semana cargó nuevos datos hasta febrero de 2016. Estos números deberían ser informados mensualmente.

El propio presidente Mauricio Macri declaró: “Existe una gran cantidad de trabajadores en la informalidad que no recibe los beneficios directos de los aumentos pactados entre sindicatos y empresarios, a los que se suma la clase pasiva de los jubilados, los monotributistas y los cuentapropistas. Un universo de trabajadores donde la suba de precios hace mella sobre el ingreso mensual”.

En tanto, otros sectores sindicales como la CGT Alsina (de Antonio Caló) y la CTA Autónoma (Carlos Custer) participaron de una celebración del día del Trabajador en la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Monseñor Jorge Lozano se refirió a los problemas del empleo y destacó que en la Iglesia hay “preocupación por ámbitos golpeados, como la construcción, la siderurgia, el sector de vehículos y los empleados públicos”.