Las altas temperaturas registradas en la región núcleo en el inicio de agosto, con máximas récords, impactaron en el cultivo de trigo y generaron preocupación entre los agricultores y técnicos de la zona, señaló la Bolsa de Comercio de Rosario.

Según expertos consultados por la entidad, el trigo requiere horas de frío para producir macollos, pero las elevadas temperaturas de julio están acelerando las tasas de desarrollo y crecimiento del cultivo, lo que puede acortar el periodo de macollaje.

Esta aceleración del macollaje puede resultar en un menor número de espigas por metro cuadrado y afectar el rendimiento del trigo.

En ese sentido, en algunas localidades, se ha observado una disminución del 50% en la producción de macollos respecto a un año normal.

Agosto inició con  registros extremos que no se habían repetido en 100 años.

 

El martes 1 de agosto, los termómetros de la región marcaron entre 28 a 33°C. El valor más alto fue de 32,8°C y se midió en Montes de Oca (Santa Fe).

En Julio, las temperaturas máximas mostraron una evolución atípica con registros muy altos para la época del año. Hubo 3 picos de casi 30ºC, duplicando así la media mensual para la región que ronda los 15 °C.  No se trató de un evento aislado, las máximas se sostuvieron 4 a 6 días. Se pueden identificar hasta tres ciclos dentro del mes con este mismo comportamiento. Como ejemplo de máximas, en Junín, Rosario y Hernando en el mes registraron picos 25, 28 y 29 °C respectivamente, es decir entre 10 y 14°C por encima de los registros normales  históricos.

La situación es más grave en áreas donde julio dejó más de 30 mm de lluvia, ya que han surgido preocupaciones por la aparición de enfermedades fúngicas, como la roya anaranjada, que podría requerir múltiples aplicaciones de control.

«La escasa oferta de agua también es un factor preocupante para gran parte de las zonas productivas de la región núcleo», advirtió el trabajo.

Los pronósticos a mediano plazo indican que la primera década de agosto seguirá con bajos niveles de agua, lo que afectará aún más la condición del cultivo.

Así, «las temperaturas récord y la escasez de agua están generando un escenario incierto para el cultivo de trigo en la región núcleo», remarcó la BCR.

Por ello, indicó, agricultores y técnicos están atentos a los desarrollos climáticos y tomando medidas para mitigar los posibles efectos negativos sobre el rendimiento y la calidad del trigo.

La situación exige una «gestión cuidadosa y adaptativa» por parte de los productores para enfrentar los desafíos impuestos por el clima cambiante, concluyó el trabajo.