«Quiero ir el año próximo», señaló el Sumo Pontífice, algo que encajaría con su visión, ya que según allegados «nunca elige años electorales» para concretar sus visitas y tanto este como 2025 lo son en el país.

Jorge Bergoglio tenía planeado venir a la Argentina en noviembre de 2017, pero diferentes circunstancias hicieron que nunca haya podido visitar su país natal desde que fue elegido papa, allá por 2013.

En cambio, en aquella gira terminó pisando tierras chilenas y peruanas.

Con respecto a la situación política de la Argentina, evitó opinar por la cercanía de las elecciones: «Hace diez años que estoy fuera del país. No llevo el pulso de lo que pasa en la Argentina. Sería injusto que en tales circunstancias tuviera simpatías o antipatías», dijo en una entrevista publicada por el diario La Nación.

Por otra parte, se refirió al posible reemplazante del arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Mario Poli, y adelantó que «hay tres candidatos fuertes».

«No puedo nombrar a ninguno porque solo será designado uno.

Debo tener en cuenta la opinión de las instituciones vaticanas y de los cardenales que están a cargo de esas instituciones. No es solo una decisión personal», explicó.

Otro de los temas que abordó fueron las acusaciones a Juan Pablo II por parte de Pietro Orlandi, quien lo señala por el secuestro de su hermana Emmanuela en abril de 1983.

Ambos son hijos de un ex funcionario del Vaticano y el caso tomó relevancia en los últimos meses por el lanzamiento de un documental en Netflix.

«Juan Pablo fue un santo en vida y lo es ahora formalmente después de muerto. Nadie puede dudar honestamente de la decencia del papa (Karol) Wojtyla», subrayó.