Estados Unidos y Japón expresaron este viernes su preocupación ante el creciente poderío de China y se comprometieron a trabajar juntos para enfrentar lo que calificaron como «intentos de desestabilización de la región» y abordar las nuevas amenazas en materia de defensa.

Una declaración conjunta, luego de una reunión virtual “dos más dos” entre los ministros de Relaciones Exteriores (secretario de Estado, en el caso estadounidense) y Defensa de ambos países, evidenció que la creciente alarma por China y la creciente tensión en torno a Taiwán ponen en relieve el papel de Japón en materia de seguridad.

Los ministros expresaron su preocupación por el hecho de que los esfuerzos de China “por socavar el orden basado en las normas” suponen “desafíos políticos, económicos, militares y tecnológicos para la región y el mundo”, según la declaración conjunta.

La declaración se conoce además dos días después de que Corea del Norte lanzó un misil hipersónico a las aguas del mar de Japón -conocido en Corea como mar del Este-.

Los funcionarios resolvieron trabajar juntos para disuadir y, en caso necesario, responder a las actividades desestabilizadoras en la región, según indicó la agencia de noticias AFP.

Los ministros también manifestaron su “seria y constante preocupación” por los problemas de derechos humanos en las regiones chinas de Xinjiang y Hong Kong, y subrayaron la importancia de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, anunció que ambos países extenderán por cinco años el paquete de apoyo que Japón da para sostener a las tropas que Washington tiene apostadas en su territorio.

Este nuevo acuerdo «va a invertir más recursos para profundizar nuestra preparación militar y la interoperabilidad», indicó Blinken en la apertura de un encuentro virtual con su homólogo japonés.

El nuevo acuerdo quinquenal asciende a 211.000 millones de yenes (1.800 millones de dólares) por año fiscal, un incremento de 5%, indicó el ministerio de Relaciones Exteriores de Japón.

Después de la Segunda Guerra Mundial, un tratado de 1960 establece que Washington asegura la protección militar de Japón.

Sin embargo, Tokio debe contribuir a los costes del desplazamiento de cerca de 50.000 militares estadounidenses desplegados en su territorio.

El primer ministro Fumio Kishida prometió en octubre revisar la estrategia de seguridad de Japón para considerar “todas las opciones, incluida la posesión de las llamadas capacidades de ataque al enemigo”.

El Gobierno de Kishida ha aprobado un gasto en defensa récord, con un décimo aumento anual consecutivo en 2022.

En el encuentro, el canciller japonés, Yoshimasa Hayashi, indicó a los periodistas que volvió a plantear el tema de los brotes de Covid-19 en las bases estadounidenses, que se cree que se extendieron y afectaron a las comunidades locales en varias áreas.