Las Fuerzas Armadas surcoreanas indicaron en un comunicado que se encuentran analizando los detalles del lanzamiento, que se produce más de un mes después de que Pyongyang lanzara dos misiles balísticos de corto alcance, también en la misma ubicación.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, precisó que estos disparos no habían causado daños. El Gobierno del presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, reforzó la cooperación de defensa con Estados Unidos organizando ejercicios militares conjuntos regulares a gran escala.
En los simulacros participan más de 60 buques de guerra y navíos de apoyo, 35 aviones navales y más de 11.000 efectivos militares.
La nave arribó en secreto al área designada y lanzó el proyectil que alcanzó con éxito un blanco localizado en la costa. El área de lanzamiento había sido cerrada previamente con buques y aeronaves.
El artefacto de guerra cayó en aguas de la zona exclusiva económica de Japón y originó una cadena de reacciones internacionales. Los ejercicios bilaterales tuvieron lugar "en un contexto de seguridad cada vez más difícil” alrededor del país nipón".
Este lanzamiento se produce luego de que el viernes pasado un portaviones estadounidense USS Ronald Reagan, de propulsión nuclear, realizara maniobras cerca de Corea del Norte.
Dos días después de la asunción como nuevo presidente surcoreano de Yoon Suk-yeol, quien se presenta más hostil que su predecesor hacia sus vecinos del norte. El jefe del Estado Mayor informó que los misiles apuntaron hacia el mar de Japón.
El proyectil fue lanzado desde Sunan, una zona de la capital Pyongyang. Desde el Estado Mayor surcoreano indicaron que el hecho fue una “flagrante violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”.
Más de 15 navíos participaron de las maniobras en la que se “dispararon misiles de crucero a partir de una posición sumergida en el mar de Japón" y alcanzaron "con éxito su blanco". El país nipón mantiene una controversia con Rusia por el archipiélago de las Kuriles.
La declaración de los ministros de relaciones exteriores y de defensa de ambos países expone su “preocupación” porque el gigante asiático pretende “socavar el orden basado en las normas”.
Los proyectiles volaron alrededor de 450 kilómetros con una altitud de 60 kilómetros antes de caer en el Mar de Japón. Según un comunicado del país nipón, el hecho "amenaza la paz y la seguridad de Japón y la región circundante".
Las maniobras estuvieron supervisadas personalmente por el presidente Kim Jong-un y recorrieron unos 200 kilómetros. Reino Unido, Alemania, Francia, Estonia y Bélgica dijeron que son una “acción provocativa”.