La Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció hoy que al menos cuatro hospitales y tres centros de atención primaria sufrieron ataques la semana pasada en el noroeste de Siria, escenario de una ofensiva lanzada por las fuerzas leales al presidente Bashar al Assad.

Según la OMS, con sede en Suiza, seis de estas instalaciones estaban en uso en el momento en que se produjeron los ataques, que tuvieron lugar entre el 29 y el 30 de agosto y se saldaron con al menos dos heridos.

Dos de estos centros han quedado destruidos como consecuencia de la ofensiva.

La organización recordó en un comunicado la necesidad de cumplir con sus «obligaciones» y «adoptar todos los pasos necesarios» para proteger a la población civil y desistir de atacar instalaciones esenciales como hospitales y escuelas, recogió la agencia de noticias Europa Press.

La ofensiva lanzada por Assad en Idleb, el último gran bastión rebelde de Siria, «está acelerando enormemente las necesidades humanitarias».

La ONU estima que cuatro de los 13,7 millones de personas que requieren asistencia médica en Siria están en la parte noroeste del país.

El pasado domingo, Estados Unidos lanzó una ofensiva contra el último bastión de resistencia dominado por grupos yihadistas, la más virulenta en años, que dejó al menos 40 muertos.