La falta acuciante de lluvias en los últimos meses en la zona del Pantanal brasileño, fuente de alimentación del Paraguay, tiene al río en mínimos históricos, a 48 centímetros por debajo de su cero hidrométrico (el estándar de medición de su caudal, situado en el puerto de Asunción, medido el pasado jueves).

En ciertos puntos, el río ya no tiene suficiente profundidad para que puedan navegar las embarcaciones comerciales con mayor calado que transportan grano, combustible o mineral de hierro.

El gobierno prevé que en unos pocos días o semanas, si todo continúa como hasta ahora -las lluvias en los últimos días no han sido suficientes- los barcos tendrán que quedarse en puerto.

Las consecuencias para la economía del país, el que mejor había resistido el golpe de la pandemia en todo el continente americano según datos recientes de Bloomberg, pueden ser nefastas.

Según cifras del Ministerio de Comercio consultadas por BBC Mundo, en 2019 el 52% de las importaciones (el principal socio es China) y el 73% de las exportaciones de productos tangibles se movieron por vía fluvial.

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Paraguay es uno de los principales exportadores del mundo de productos agrícolas, entre ellos la soja, y cuenta con una de las flotas fluviales más numerosas.

Debido a la insuficiencia de caudal en la actualidad hay barcos que ya no están saliendo, lo hacen con menos carga de la habitual (hasta un 60%), o deben detenerse en el puerto de Pilar, desde donde se continúa el transporte por vía terrestre.

Son más de 350 kilómetros hasta Asunción, en lugar del recorrido normal por el río hasta el centro portuario de Villeta, a escasos kilómetros de la capital. Esto aumenta los costos, puesto que el transporte fluvial es el más barato.

El impacto hasta la fecha para el sector privado paraguayo es de US$250 millones, según cifras del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos. Para salir de esta situación, el río necesita operaciones de dragado en sus puntos más críticos.

El gobierno está licitando actividades de dragado de emergencia por un valor de US$21 millones de dólares y la utilización de los fondos, que ya fue aprobada por la Cámara de Diputados, tiene que ser aprobada por el Senado.

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El coste de mantenerlo navegable a 11 pies, que son unos tres metros y algo de profundidad, sería de unos US$150 millones, afirma. La situación en el Paraná, también afectado por la sequía, no es tampoco buena, pero sus pasos críticos se empezaron a dragar en enero.

Las causas del nivel históricamente bajo del río hay que buscarlas en la sequía que golpea al país desde el pasado mes de marzo y en el fenómeno meteorológico de La Niña que está afectando a Paraguay desde el mes de septiembre, explica a BBC Mundo Raúl Enrique Rodas, director de Meteorología e Hidrología del gobierno.

La sequía provocó también una oleada de incendios tan devastadora que el Parlamento declaró a principios de este mes el estado de emergencia nacional en todo el territorio.

La falta de agua es, sin embargo, un problema crónico en el país. Para darle una solución al menos parcial y tras varios años de planificación y ejecución, el gobierno inauguró este año un gran proyecto para llevar agua hasta la región del Chaco, que tiene graves problemas de suministro.

Fuente: BBC News