La flamante primera ministra británica, Liz Truss, se reunió este miércoles por primera vez con sus ministros, mientras se prepara para delinear los detalles de un multimillonario plan de emergencia para congelar las facturas de luz y gas, cuyo precio se triplicó.

La perspectiva es que la situación empeore en 2023, por lo que apuran medidas «urgentes» para que los hogares británicos no tengan que elegir entre comer o combatir el frío.

La crisis del costo de la vida debido a la alta inflación provocó numerosas huelgas de distintos sectores, entre ellas la de Correos británicos, de estibadores, de trabajadores ferroviarios, aerolíneas y aeropuertos, en demanda de un aumento salarial para hacer frente a esta situación.

Tras asumir formalmente este martes el cargo de primera ministra, en un breve discurso en la puerta del número 10 de Downing Street, Truss explicó que sus prioridades son inyectar crecimiento en la economía, solucionar la crisis energética y resolver la grave situación por la que pasa el servicio de salud público conocido como NHS.

Mientras tanto, el nuevo ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, convocó a los directivos de los principales bancos para discutir la nueva estrategia económica, y posiblemente se anuncie un nuevo apoyo el jueves, según los medios británicos.

Una fuente oficial confirmó un informe del diario Times que indica que las facturas se congelarían en unas 2.500 libras esterlinas (unos 2.870,79 dólares), más de 500 libras esterlinas (574,16 dólares) por encima del límite de precio actual, pero 1.000 libras esterlinas (1.148 dólares) menos que el límite que se impondrá en octubre.

Truss se enfrentará durante el mediodía de este miércoles también al líder laborista Keir Starmer en el Parlamento en su primera ronda de preguntas como primera ministra y se espera que continúe con una reorganización de los cargos gubernamentales.

Poco después de su asunción, la primera ministra nombró a su gabinete, en el que destaca la asignación de las cuatro principales carteras de gobierno a mujeres y representantes de las minorías que integran el país.

Por primera vez en Reino Unido, ningún hombre blanco ocupará los ministerios de Finanzas, Interior y Relaciones Exteriores ni tampoco el cargo de viceprimer ministro, reportó la cadena BBC.

Sin embargo, al igual que la premier, los nuevos funcionarios representan posturas ultraliberales y conservadoras y casi todos salieron de las escuelas de la élite británica, desde el exclusivo internado para niños de Eton a las prestigiosas universidades de Oxford y Cambridge.