El equipo de campaña del presidente de Estados Unidos y candidato republicano a la reelección, Donald Trump, afirmó este viernes que «la elección no terminó», pese a que en los reportes de medios estadounidenses, estados como Georgia y Pensilvania revirtieron los resultados en las últimas horas y encaminan al demócrata Joe Biden hacia la Casa Blanca.

Horas después, la campaña emitió otro comunicado en el que Trump cuestionó toda la elección, no solo las de algunos estados: «Creemos que el pueblo estadounidense merece tener una transparencia total del conteo de votos y la certificación de la elección, y eso no se refiere ya a ninguna elección en particular. Esto se trata de la integridad de todo el proceso electoral».

Hasta ese momento, la campaña se había centrado en algunas elecciones de un puñado de estados clave, en donde la diferencia es muy acotada. «Esta elección no ha terminado. La falsa proyección de Biden como ganador se basa en resultados en cuatro estados que están lejos de ser definitivos», habían dicho los campañólogos.

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«Georgia se dirige a un recuento, donde confiamos en que encontraremos boletas recolectadas incorrectamente y donde el presidente Trump finalmente prevalecerá», agregó el comunicado firmado por Matt Morgan, consejero general de la campaña de Trump.

La postura del equipo de Trump parece ir alineándose, con el paso de las horas, con lo que el experto en inteligencia y ex funcionario Steve Pieczineck, mencionó como parte de una estrategia premeditada por parte del actual presidente y algunos colaboradores, previendo lo que –según señalan- representa un fraude electoral no solo en esta, sino también en anteriores elecciones.

Esa “prevención” constó, según el relato de Pieczineck, en que las boletas legales para la votación estuvieran marcadas en forma especial, mediante la implementación de un código QFS (también lo llama “marca de agua”) que diferenciarían las boletas enviadas por correo con votos legales de aquellas fraudulentas, y que además permitirían rastrearlas.

Si bien puede sonar descabellado, con el paso de las horas y las posiciones jurídicas que anticipan desde el equipo de Trump, el escenario parece configurarse de esa manera. Quedará por ver si, como dice Pieczineck, la actitud del presidente en estos días fue una manera de “hacer caer en la trampa” a los demócratas, para sacar la carta de las “boletas marcadas”.

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Ninguna teoría puede ser descartada en este momento, en especial cuando prácticamente toda la información que circula, bajada desde el selecto grupo de agencias internacionales que derivan cables al resto de los países, viene de lo que en inglés se categoriza como media, algo más que los medios de comunicación (que se toman la atribución de interrumpir un discurso presidencial para dar su opinión sobre lo que dice, la cual consideran más importante que el flujo de los acontecimientos) al abarcar plataformas como Twitter (abiertamente antitrumpista), Facebook y Google, entre otras.

Estados en disputa

El equipo de Trump también mencionó este viernes que «hubo muchas irregularidades en Pensilvania, incluido el hecho de que los funcionarios electorales impidieran que los observadores legales voluntarios tuvieran acceso a los lugares de conteo de votos».

En el caso de ese estado, donde nació Biden, escrutado el 95% el demócrata reunía 5.587 votos más que el republicano, luego de haber llegado a tener una desventaja inicial de más de 600.000 sufragios.

La campaña de Trump también mencionó posibles irregularidades en los otros estados en los que todavía hay una indefinición del resultado como Nevada, donde «parece haber miles de personas que emitieron votos por correo incorrectamente».

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En el caso de Arizona, el equipo del republicano calificó de «irresponsable y errónea» la proyección hecha por Fox News y la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP) a favor de su rival demócrata.

«Biden confía en estos estados para su falso reclamo sobre la Casa Blanca, pero una vez que la elección sea definitiva, el presidente Trump será reelegido», concluyó el comunicado.

El magnate aseguró el jueves que su fuerza «va a ganar la elección fácilmente», aunque indicó que es posible que el resultado de los comicios «termine en la mayor Corte de esta tierra», refiriéndose a la Corte Suprema de Justicia, donde hay una clara mayoría de jueces conservadores.