El jueves pasado, un grupo de hombres y mujeres que acondicionaron un espacio en el barrio Antártida Argentina, el cual mantenía sus puertas cerradas, decidió ayudar a los vecinos de la zona con una vianda de comida para la familias necesitadas, las cuales ascendieron a casi 200 porciones.

En un escenario de crisis económica, que atraviesa la sociedad en su conjunto, la ayuda que brindan desde el centro comunitario Manos Abiertas (White 7532, lindante con la colectora para el lado de Fisherton) en zona oeste, sirve para paliar la situación que viven muchas familias día a día, aún más en el conurbano rosarino.

Conclusión visitó el lugar, mientras se servían las porciones de alimentos, y pudo dialogar con dos integrantes de la comisión del centro comunitario, Elsa Monzón, encargada de la preparación de los alimentos y  Ariel Trejo, coordinador de las actividades.

Al consultarle a la cocinera sobre la sensación de la labor realizada, Monzón dijo que están «contentos de poder ayudar a los vecinos desde esta nueva institución, Manos Abiertas».

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«Es una satisfacción enorme, porque uno puede elegir qué comer y qué hacer, pero hay quien no. Lo más valorable es compartir con el hermano, con el vecino, en estos momentos tan difíciles donde la situación económica no está nada bien. Acá vamos a estar para contener; quisiéramos dar más pero hacemos todo a pulmón», declaró.

La cocinera añadió que se está «asistiendo con meriendas y comida; los días jueves se hace la olla«. Contaron que desde esta semana se trabajará para entregar también la merienda.

«Los vecinos vienen a buscar la comida porque la situación está difícil», sostuvo, al tiempo que afirmó que con todos los voluntarios preparan «a razón de 150, 200 porciones».

Por su parte, Ariel Trejo, contó que las actividades del centro comunitario comenzaron «por la cantidad de gente que necesita ayuda en el barrio».

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«Lo que hacemos es colaborar con la gente, queremos meter lo que es capacitación en oficios; para eso necesitamos ayuda, respaldo de Nación, municipio y provincia«, abundó.

Las actividades que realizan, por ahora, tienen que ver con la preparación de «la merienda los días lunes y los jueves la comida. después comenzarán los talleres».

Trejo mencionó la alegría que siente al poder ayudar a la gente del barrio: «No queda duda que día a día estamos trabajando y todo es a pulmón».