Los precios de los alimentos subieron un 4,6% promedio durante marzo y vuelven a presionar sobre la inflación, de acuerdo con relevamientos de consultoras privadas.

Un estudio de la consultora LCG realizado en 8.000 productos de cinco cadenas de supermercados arrojó ese resultado, que pone nubarrones sobre el objetivo oficial de meter en caja el costo de vida para frenar la suba de la pobreza.

Si bien la Argentina necesita con urgencia apuntalar su aparato productivo hacia una tendencia creciente en cuanto al comercio exterior (por la escasez crónica de dólares), siempre y cuando no aparezcan las inversiones en moneda extranjera de quienes guardan esas divisas “en el colchón”, esto también puede generar un impacto (y lo está teniendo) en los precios internos de los alimentos, consumo impostergable y cada vez más costoso para las familias argentinas.

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El estudio detectó incrementos aún más fuertes en panificados y cereales. El índice de inflación de marzo, que ya tiene un piso del 3,6% y, según las estimaciones privadas, podría llegar al 4%, será difundido por el Indec a mediados de abril.

Lo que llama la atención es que los precios sigan subiendo a buen ritmo a pesar del freno al tipo de cambio impuesto por el Gobierno con sus políticas de fuerte intervención.

Se trata además de una variable que impacta en forma directa en el crecimiento de la poberza y la indigencia, cuyos guarismos fueron revelados esta semana por el Indec y resultan intolerables.

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El tipo de cambio oficial se venía ajustando a un ritmo del 4% mensual en enero y descendió al 2,5% en marzo. Todo sin que aún se hayan autorizado ajustes de tarifas, que también meten presión sobre el costo de vida.

Es cierto que muchas consultoras han sabido más usualmente que eventualmente equivocar sus pronósticos, algo contrastable en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza mensualmente el Banco Central, pero en este caso las subas coinciden en varias entidades, algo que se viene repitiendo en los últimos meses.

Para la consultora Eco Go, los alimentos subieron 4,1% durante marzo. Estimó que la inflación de ese mes se ubicó en el 4,2%, muy por encima de las proyecciones oficiales.

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Para la consultora LCG, los incrementos más fuertes se registraron en panificados y cereales, que subieron 6,6% en el mes; lácteos y huevos, 5,9%; y carnes, que treparon 5,9%. «La inflación se acelera y generaliza, y se acumulan tres semanas de aceleración simultánea en carnes y también en el índice de precios sin carne», alertó la entidad.

Para Consumidores Libres, que viene siguiendo la misma canasta desde hace dos décadas, un conjunto de 38 alimentos monitoreados indicó un alza promedio del 2,02% solo en la primera quincena de marzo. Los productos de almacén promediaron una suba del 2,24% en esa quincena, mientras las frutas y verduras crecieron 1,52% y las carnes, 2,09%.

Según el Indec, en febrero, mientras el índice de precios (IPC) se ubicó en 3,6%, el rubro alimentos y bebidas, subió 3,8%. Eso provoca que el impacto mayor del alza de precios recaiga sobre los sectores de menor poder adquisitivo.