Por Guido Brunet

«¿Nos juntamos a tomar un café?», «¿vamos a tomar una cerveza», «¿comemos algo por ahí», son algunas de las propuestas más comunes entre los rosarinos. Pero que en momentos de pandemia y cuarentena debieron suspenderse hasta nuevo aviso. Y parece que el nuevo aviso está llegando. De no mediar ningún imprevisto, los bares finalmente abrirán en la ciudad el 8 de junio.

Tras 75 días de aislamiento social obligatorio, la necesidad de reabrir sus puertas al público por parte de los bares y restaurantes se une al deseo de los comensales de compartir un momento ameno con amigos o familiares.

Por eso, a punto de finalizar la llamada fase 4 de la cuarentena determinada por el Gobierno nacional, en Rosario se han ido habilitando diversos rubros con los protocolos de higiene correspondientes. Pero para el final quedan los más críticos en cuanto a los cuidados sanitarios, entre los que se encuentran los bares y restaurantes.

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Días atrás el gobierno santafesino presentó a la Jefatura de Gabinete de la Nación autorización para rehabilitar nuevas actividades en los grandes aglomerados urbanos, es decir Rosario y Santa Fe, entre las que se incluyen los negocios gastronómicos.

Ante esto, y a partir de la apertura de la gran mayoría de los sectores económicos en la ciudad y los escasos casos que se detectaron en las semanas que pasaron -en los últimos siete días hubo un solo contagiado en Rosario-, los responsables de los bares de la ciudad presentaron un protocolo a la Municipalidad, definido junto con el gremio, con el fin de que se permita la reanudación total de la actividad. La solicitud de apertura también llegó a algunos ediles, que mantuvieron reuniones con personas del sector para avanzar en el proyecto del retorno de los clientes a los bares.

 

Situación crítica

Un 75% de la actividad gastronómica permaneció paralizada durante la cuarentena. Si bien muchos bares continuaron trabajando sólo bajo la modalidad de reparto a domicilio, desde el sector mencionan que las ganancias no alcanzan para cubrir los costos necesarios. Y ven con desconfianza el porvenir del sector.

“El protocolo está totalmente aprobado, pero por supuesto que hay que adaptarlo a cada uno de los establecimientos”, adelantó el presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica y afines de Rosario, Carlos Mellano, a Conclusión.

“No hay nada para festejar. Tenemos que ser cautos, responsables, transitamos un camino que fue duro al estar cerrados. Pero ahora al abrir también va a ser duro, porque vamos a trabajar con menos capacidad, con una demanda incierta, y con circunstancias económicas muy adversas”, refirió Mellano. “La cuestión del distanciamiento para nosotros es condenatorio”, amplió.

Los negocios hoy están en una situación de quebranto total. Han acumulado muchas deudas, la apertura no va a dar ninguna solución, pero sí va a empezar a girar una maquinaria que se va a ver en unos meses cómo va a estar la situación”, remarcó el empresario. En este contexto, el titular de la cámara solicitó la continuidad del programa de ATP para el rubro.

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Desde el gremio, por su parte, también dieron el visto bueno para la rehabilitación. “Teniendo en cuenta la poca circulación del virus en la provincia, se podría ir volviendo de a poco a la actividad, que así como está muchos negocios corren serio riesgo de desaparición, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo”, manifestó Sergio Ricupero, secretario general del gremio en diálogo con Conclusión.

Aunque aclararon que debe ser con los cuidados de higiene necesarios tanto para trabajadores como para clientes.

Otro punto a tener en cuenta para los trabajadores es la cuestión de la propina. Más allá de que algunos empleados de bares continúan cobrando el salario habitual, son muchos los que perciben el 75% del sueldo. Y la propina en este caso no un detalle menor, ya que es una parte importante del salario.

 

Con distancia y listado

La semana pasada se llevó adelante una reunión entre la cámara empresaria y el Municipio, en la que el propio intendente pidió que se avance en la confección del protocolo. Y este lunes se desarrolló otro encuentro entre empresarios y el gremio de los gastronómicos para afinar detalles.

Según el protocolo, los locales gastronómicos podrán trabajar al 50% de su capacidad, sólo se podrá atender mediante reserva previa, y los comercios deberán llevar un registro de todos los comensales en caso de que se detecte un caso positivo, para saber quiénes acudieron en el mismo momento que la persona infectada.

Además, habrá que mantener dos metros de distancia entre las mesas. Otra disposición será la desinfección tanto de mesas como de sillas antes y después de que un comensal se disponga a sentarse, así como nuevas regulaciones en los sanitarios.

Se intentará que los trabajadores no se trasladen en colectivo. También se recomienda que se respete el concepto de burbuja, o sea, ir al lugar con las personas con quienes se convive. Aunque esto resulta difícil de comprobar por parte de los locales.

Solo resta definir la cuestión horaria. Desde la Cámara proponen el cierre a las 0 de lunes a viernes y sábado y domingo, a las 2.