La producción de acero crudo de mayo fue de 194.300 toneladas, 52.2% menor respecto a la de igual mes de 2019, pero avanzó 81,4% respecto de abril pasado, cuando había alcanzado las 107.100 toneladas, señaló hoy el último informe de la Cámara Argentina del Acero.

El reporte también señaló que la producción de laminados alcanzó las 190.200 toneladas, un 55,5% menor que la de mayo 2019, aunque a la vez superó en 74.2% al resultado de abril con 109.100 toneladas.

Por su parte la producción de hierro primario fue en mayo de 92.400 toneladas, un 37.6% inferior a la de abril y 67.6% menor a la de mayo del 2019, mientas que la de planos laminados en frío fue de 54.300 toneladas en mayo, un 47.8% superior a las abril de 2020 pero 49,5% menor a la de mayo del 2019.

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El trabajo de Acero Argentino detalló que en el quinto mes del año «comenzaron a ponerse en actividad instalaciones industriales que estuvieron paralizadas durante todo o parte de abril; de este modo, paulatinamente retornaron las actividades y comenzó a normalizarse el suministro de productos a los usuarios y distribuidores que tenían entregas pendientes».

«El impacto económico de la pandemia trajo una enorme afectación en el sector siderúrgico local debido a la falta de actividad de las industrias clientes. En este sentido, a pesar de haberse puesto en marcha las instalaciones industriales, el panorama general de los segmentos consumidores de acero es todavía muy incipiente, lo cual se traduce en pedidos que distan todavía de permitir una operación normal», avanzó al analizar el escenario productivo..

El trabajo precisó que los sectores que más acero consumen son los de la construcción, automotriz, línea blanca, envases, maquinaria agrícola, gas y petróleo.

De esos sectores la construcción y especialmente la orientada a las obras más pequeñas son las que comenzaron a mostrar algo de actividad, mientras que el sector de la agroindustria continúa con operaciones gracias a las ventas realizadas durante la feria Expoagro de principio de marzo.

«En este sector, la incertidumbre está dada por la evolución del tipo de cambio, el valor de los cereales en el mercado internacional y el comportamiento de las retenciones a las exportaciones de granos impuesta por el gobierno», detalló.

En cuanto a las perspectivas para los próximos meses «están vinculadas, no solo a la evolución de las autorizaciones para volver a producir en un marco de riguroso cumplimiento y adaptación de los protocolos sanitarios en concordancia con la evolución sanitaria y de la reactivación de los sectores clientes, sino al comportamiento de la economía de los sectores consumidores, fuertemente golpeada por la inactividad desde el 20 de marzo último».