El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par de Brasil, Jair Bolsonaro, firmaron en los últimos días un acuerdo que, entre otras cosas, determina la venta de 750.000 toneladas de trigo por parte del país norteamericano por fuera del Arancel Externo Común del Mercosur, que consiste en un 10% del monto total.

Esta determinación afecta considerablemente a Mauricio Macri y al sector cerealero argentino, debido a la sobreproducción que hay en el país (que supera incluso las necesidades brasileñas) y es por ello que el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Nación anunció que “sigue con especial atención el anuncio” del país vecino y que han iniciado conversaciones “con las autoridades de Brasil y demás socios del Mercosur para analizar el impacto y consecuencias que esta medida podría causar en el comercio bilateral”.

Por su parte, el canciller brasileño, Ernesto Araújo, reconoció hoy que no consultó a Argentina, su principal socio en el Mercosur, antes del acuerdo entre los presidentes, pero adelantó que está dispuesto a dialogar sobre este asunto.

«Existe una atmósfera muy buena con Argentina para tratar este tema, junto con preocupaciones nuestras como el acceso al azúcar de Brasil que desde 1991 intentamos colocar en el Mercosur. Puede ser una oportunidad para tratar estos temas», respondió Araújo en conferencia de prensa.

El ministro dijo que no tocó este tema con Argentina pero recordó que «se ha conversado sobre la modernización del Mercosur».

Al hacer un balance de la visita de Bolsonaro a Trump, el canciller Araújo sostuvo que «Brasil necesitaba adherir a los instrumentos de Occidente» a los que fue convocado por Estados Unidos, como tener un vínculo privilegiado con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

Brasil aceptó reducir su posición de ventaja en la Organización Mundial de Comercio para permitir que Estados Unidos le abriera la puerta a la OCDE o «club de los ricos», para el cual deberá tener metas de gestión y de apertura económica, con lo cual ganará un mayor status para recibir inversiones.

Trump ofreció trabajar para que Brasil, segunda economía de América, sea aliado extra OTAN o «directamente un miembro permanente».

Cerealeros, con el grito en el cielo

Representantes de entidades agrícolas aseguraron que la decisión de Brasil de habilitar la importación anual de 750.000 toneladas de trigo estadounidense sin aranceles afectará al sector cerealero argentino, al mismo tiempo que el Gobierno «evaluará las herramientas» previstas en el Mercosur para accionar al respecto.

«Esto nos puede afectar, ya que hoy hay una sobreproducción de trigo y tenemos una oferta exportable que está por encima de la necesidades anuales de Brasil», explicó el presidente del Centro de Exportadores de Cereales (CEC), Gustavo Idígoras.

Según Idígoras, la importación anual de trigo por parte de Brasil es de 8 millones de toneladas, mientras que en la actualidad Argentina cuenta con un saldo exportable de 12 millones de toneladas, por lo que «tranquilamente se podría abastecer con la oferta argentina».

«Hay una lista de excepciones que se debe presentar en el Mercosur en los cuales el país que quiere importar trigo sin aranceles, tiene que justificar que no tiene el abastecimiento necesario a nivel Mercosur y Brasil no lo ha hecho en esta oportunidad», explicó el presidente de CEC.

«Por tal motivo hay una infracción legal, ya que Brasil tendría que haber hecho una solicitud formal en el Mercosur para poder importar el próximo semestre», agregó Idígoras, cuestión que ameritó una «solicitud formal a la Secretaría de Agroindustria para que inicie gestiones a nivel Mercosur».

Por su parte, el secretario de la cartera Agroindustrial, Luis Miguel Etchevehere, sostuvo que «cada vez que Brasil insinuó la posibilidad de comprar trigo fuera del Mercosur, Argentina se opuso» y aclaró que «frente al hecho consumado, vamos a evaluar las herramientas previstas que posee el Mercosur para analizar el camino que debemos seguir».

Por otro lado, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa, opinó que el otorgamiento de dicho cupo «significa mucho para Argentina», ya que «el trigo americano va a competir con el nuestro», al mismo tiempo que indicó que «habría que ver como vulnera eso los acuerdos con el Mercosur».

«De todas maneras, hay que ver en que época Estados Unidos provee el trigo y hay que ver como lo conjuga Brasil», agregó.

Por último, el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Carlos Vila Moret, aseguró que «independientemente del acuerdo de los Estados Unidos con Brasil, Argentina va a seguir siendo un proveedor confiable e importante del mercado brasileño en función del alto prestigio que tiene el trigo argentino entre los molineros de Brasil».

«Entendemos que el acuerdo al que llegaron se basa en la cercanía relativa del Norte de Brasil con el Golfo de México, lo que puede abaratar los costos del flete hacia esa región pero eso no opaca para nada el gran momento que está viviendo el trigo argentino», concluyó.