Empresarios y sindicalistas brindaron este martes un cauteloso respaldo al acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, al advertir que se deben garantizar la «defensa del empleo y de los intereses de la Argentina», y analizar sector por sector para ver cómo los afecta ese convenio.

Fue luego de que dirigentes de centrales empresariales y de la CGT se reunieran con el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, y el viceministro de Hacienda, Miguel Braun, para analizar los alcances de ese mega acuerdo comercial.

El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, dijo que la entidad está «de acuerdo con la apertura y nadie se opone a eso, pero en el largo plazo».

Acevedo dijo que en la reunión comenzaron a «ver la letra chica del acuerdo sector por sector, y nuestra posición es muy cauta, tenemos diez años para ajustarnos y estar a la altura de la Unión Europea para poder venderle y comprarle».

El presidente de la UIA advirtió: «No vamos a poder integrarnos con alta inflación y con las tasas de interés elevadas, y es un ajuste que vamos hacer entre todos, trabajadores, empresarios y gobierno».

«Nos tenemos que ajustar a ellos pensando en el largo plazo y en previsibilidad, lo que nos va a permitir prepararnos para competir y poder venderles a los europeos», señaló.

Por su parte, el secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez, admitió que «preocupa como todo acuerdo, y está el desafío de que se transforme en una ventaja para los intereses de la Argentina».

El jefe de la Uocra recordó que «nadie regala nada en este mundo global, por lo que el desafío es defender la cultura de trabajo y cómo generamos nuevos empleos, sin perjudicar a los existentes».

Martínez dijo que la reunión «jerarquiza el debate y el diálogo social, y la oportunidad de analizar problemas que se presentan en el desarrollo productivo, ante la crisis y la recesión económica ya que estamos todos preocupados por la realidad que enfrentamos».

Por su parte, el secretario de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, Mario Grinman, señaló que los empresarios «expusimos nuestro beneplácito por los beneficios que generará al país poder acceder a un mercado cuatro veces más grande de consumidores».

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Grinman dijo sobre el acuerdo que «hay que tomarlo con calma. Es cierto que puede generar incertidumbre en algunos sectores, pero esta oportunidad hay que aprovecharla para poder transformarnos en un país competitivo».

El empresario añadió que el acuerdo «permitirá hacer las reformas que se necesitan, tanto en el ámbito laboral como tributario y previsional para ser un país competitivo que no se se logra con un tipo de cambio sino necesitan otras condiciones.

Girnman opinó: «Tenemos el tiempo suficiente para realizar los aportes y que lo que se termine firmando sea cumplible y beneficioso para todos los argentinos».

El presidente de Copal (y vicepresidente de la UIA), Daniel Funes de Rioja, dijo que en el encuentro «se dio una información de tipo general, que hay que bajarla sector por sector y fue una reunión altamente positiva».

Agregó que «los deberes del gobierno será lograr como país una estabilidad macroeconómica que sea compatible con el bloque europeo».

«Si tengo que competir, quiero saber bajo que condiciones. En Copal nos preocupa que algunos países europeos son altamente proteccionistas, pero aún aunque no lo fueran, tenemos que hacer cosas para poder integrarnos», explicó.

«La internacionalización de la economía es una realidad y tenemos que ver como lo hacemos mejor y como nos convertimos en un país desarrollado e integrado», consideró.

Sobre los dichos del presidente de Los Grobo, Gustavo Grobocopatel, Funes de Rioja aclaró: «No creo que nadie esté condenado a desaparecer, lo que hay que hacer es adaptarse».

Señaló que la integración a la Unión Europea requerirá de «políticas de Estado consensuadas entre trabajadores y empresarios».