Para Luis Contigiani, ministro de la Producción de Santa Fe, “hay que romper las distorsiones que provocan los grandes hipermercados”, a las que además critica porque recurren a compras masivas de bienes importados, a precios más baratos,“con miras a reducir sus costos de abastecimiento, pero sin trasladar las mejoras a los precios de venta al público. Es un nudo central que tiene nuestra economía nacional y hay que destrabarlo”.

El ministro dice que, en ese contexto, no ve “vocación de este gobierno por hacerlo, como tampoco sirvió lo que hizo el gobierno anterior con el programa de Precios Cuidados que bajó la fiebre sin atacar la enfermedad”, Contigiani.

Tales aseveraciones, y otras consideraciones más acerca de la situación de la economía santafesina, en particular, y argentina en general, las expresó en un diálogo con el periodista Mariano Galíndez, y publicadas en la revista Punto Biz.

Lo que sigue, es el diálogo mantenido con Mariano Galíndez.

—En el segundo semestre se frenó el ritmo de aumento de importaciones porque bajó la demanda y porque el gobierno se puso firme con las licencias para importar. ¿Qué números manejan en el gobierno?

—Hay sectores en lo que se ve ese cambio de tendencia, como en carrocerías, dónde se negoció un acuerdo. Pero no es generalizado. Me llama la atención que la importación siguió fuerte en muchos rubros. Por ejemplo,  heladeras cerró el año con un aumento de importaciones del 268% interanual. Se pasó de casi 30 mil unidades en 2015 a más de 100 mil unidades en 2016, constituyendo el 15% del mercado a nivel país, que en 2015 era del 3%. Respecto de los bienes de consumo alimenticio, llama la atención el aumento del 269% de bondiola de cerdo, del 800% en el ingreso de pollo trozado extranjero y una cifra similar en quesos crema y azul. En Santa Fe tenemos al menos 35 Pymes que hacen un excelente queso crema, sin contar las grandes usinas con productos y marcas galardonadas; por eso nos parece un despropósito cómo abren las barreras y ponen en peligro la producción industrial.

—¿Será para bajar el precio del queso?

—Ese es el problema. Las importaciones alimenticias, pese a los grandes aumentos, no ganaron marketshare. Pero sí le sirvieron a los grandes hipermercados para pisar el precio de sus proveedores bajo la amenaza de dejarles de comprar. Pero esa mejora no la trasladan alas góndolas.

—¿El problema, entonces, son los grandes hipermercados?

—Las grandes cadenas son uno de los principales dramas que tiene la economía argentina, por las distorsiones que generan. El 78% delo que se consume en el país sale de 6 cadenas que son las grandes plataformas por las que entran las importaciones que usan para stockearse y así pagar menos a los proveedores. Tienen un poder de negociación tan enorme por los volúmenes que manejan, que logran rebajas de hasta el 30% y el 40% de los precios de compra, pero eso no lo reflejan en las góndolas. Entiendo cuando un industrial me habla de costos logísticos, impuestos y costos energéticos para explicar las subas de precios, pero no es verdad cuando los supermercados argumentan esos problemas para subir los precios, como pasa con los quesos que los remarcan hasta el 400% del precio de fábrica puesto en depósito. No tiene nada que ver con ese nivel de remarque los costos logísticos. Hay que romper con este esquema.

—¿Y cómo se sale?

—Santa Fe, con el cierre dominical de grandes superficies, está marcando el camino. Hay que trabajar más con las asociaciones de almaceneros y lograr mayor encadenamiento de los supermercados locales con proveedores regionales. También potenciar iniciativas como la del Mercado del Patio, ya que este tipo de localizaciones en Europa se convirtieron en grandes centros de venta que cortan el control de precios de los grandes hipermercados”.