La sangría de reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) no se detiene y desde el anuncio del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) acumula una pérdida de US$ 1.328 millones por pagos al organismo, intervenciones en el mercado de cambio y demanda de importadores.

La información suministrada en la noche de este viernes por la autoridad monetaria refleja el pago de US$ 366 millones al FMI, para cubrir un vencimiento de intereses que operó el martes, lo que redujo las reservas a US$ 37.189.

A ese monto se deben sumar US$ 717 millones que fueron girados el jueves pasado como parte del acuerdo en la negociación. De esta forma, en una semana la Argentina le abonó a la entidad que dirige Kristalina Georgieva US$ 1.083 millones.

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Por otra parte, fuentes del mercado financiero estiman que durante esta semana las intervenciones del BCRA en el mercado de cambio dejaron un saldo negativo de US$ 50 millones.

El resto de la reducción se explica por demanda de importadores y otros agentes financieros. La recomposición de las reservas internacionales es uno de los objetivos que se plantea el pacto con el FMI. De hecho, en caso de firmarse, la Argentina recuperaría pagos realizados en los dos últimos años por unos US$ 5.000 millones.

Algunos analistas sostienen que al día de la fecha el BCRA está operando con reservas negativas, ya que las informadas son propiedad de privados que entran en la composición del saldo pero no pueden ser utilizadas por la entidad a cargo de Miguel Pesce.

Deuda paga deuda

El ministro de Economía, Martín Guzmán, explicó tras el entendimiento que se negoció un financiamiento por un equivalente al monto de lo que fue el programa stand by que había acordado el gobierno anterior, es decir, de alrededor de 44.500 millones de dólares.

Los ministros de Economía Martín Guzmán, de Desarrollo Productivo Matías Kulfas; el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti y el titular del Banco Central (BCRA) Miguel Pesce, antes de un almuerzo con empresarios en el Palacio de Hacienda. Foto NA

Va a haber revisiones y en cada una de ellas desembolsos con los que se irán haciendo los pagos del programa que había acordado el gobierno anterior y el remanente se utilizará para ir acumulando reservas.

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Incluye, todo lo que resta vencer de aquí a la finalización de los pagos del programa stand by más el monto de las amortizaciones de capital ya realizadas en septiembre y diciembre de 2021 que se pagaron con los DEG que la Argentina había recibido durante el año pasado.

El programa va a tener una duración de 2 años y medios y aún hay que trabajar en los memorandos de las políticas económicas y financieras entre el Gobierno Nacional y el FMI, lo que va a llevar algunas semanas y se van a escribir sobre la base de lo que ya se ha acordado.

Máxima cautela

En tanto, el ministro evitó pronunciarse sobre la dimisión de Máximo Kirchner como titular del bloque oficialista en Diputados en desacuerdo con el acuerdo con el Fondo y de la posición de su madre, la presidenta Cristina Kirchner.

«Lo respetuoso es que cada líder se exprese sobre las cuestiones que se quiera expresar en el momento que quieran. La realidad es que el Congreso de la Nación tendrá su oportunidad para tratar esta situación», expresó en declaraciones formuladas en Moscú, durante la gira presidencial de Alberto Fernández por Rusia, China y Barbados.

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Además, expresó que no es el rol de él manifestarse sobre «las decisiones de los líderes del Frente de Todos»: «A mí lo que me toca es gestionar la política económica«, agregó.

Guzmán ponderó el acuerdo con el FMI al señalar que de no haberse alcanzado «hubiese sido un golpe al proceso de recuperación económica que la Argentina está transitando».

«Lo que ocurrió es que terminó eligiendo entre la alternativa de un acuerdo sobre pilares que son razonables, en un contexto en el cual nadie en nuestra fuerza política puede estar alegre con tener al Fondo Monetario Internacional en la Argentina, pero es una realidad», explicó el ministro.