Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires 

Tras ocho meses de negociación de la deuda Argentina, el ingeniero, economista y sociólogo, Alejandro López Mieres se refirió a la acciones que se impulsaron frente a los acreedores en moneda nacional y extranjera, y cual podría ser la posición que el Fondo Monetario Internacional asumirá a futuro como acreedor, sobre la que alertó que se avecina una «negociación muy dura» con el FMI.

Lopez Mieres recordó los pasos que se sucedieron desde la primera propuesta que nuestro país formuló para dar solución al proceso de endeudamiento y que condicionantes tuvo que sortear para destrabar la dureza de los tenedores de títulos de la deuda Argentina.

El especialista señaló que fue «un proceso muy largo», desde que el presidente anunció como prioritario «la reestructuración de la deuda monstruosa que se heredó de la gestión de Mauricio Macri que implicó la negociación de 105 mil millones de dólares en bonos entre legislación extranjera y local», que llevó 8 meses.  

Además, destacó la intervención del FMI que se «asoció a la Argentina para presionar a los bonistas», pero advirtió que la situación cambió porque ahora la negociación se debe dar con la entidad crediticia internacional. 

El analista precisó que se sumaron 13 mil millones de dólares que deben ser pagados hasta el año 2030 y que la quita de capital se redujo, pero la tasa de interés promedio subió un 50%, para luego advertir que «no solo fueron las condiciones financieras las determinantes, sino también el efecto de la letra chica, que esta asociado a que condiciones se emitirán los nuevos bonos respecto de futuras estructuraciones». Esto indica, que «Argentina se auto restringe de hacer reestructuraciones futuras, quedando más condicionada en relación a la propuesta de abril». 

Argentina logró un desahogo muy fuerte en términos del sector externo, pero, ahora viene el FMI

«La buena noticia en este sentido, es que se condiciona a que todos los bonistas que estaban con del canje 2005-2010 se quedan con la pautas que determinaban el fideicomiso y los bonos macristas emitidos después de 2016, con la condiciones que tienen cláusulas anti-buitre, esto es relevante. Cuando se analiza el universo combinado de deuda en moneda extranjera con legislación extranjera y deuda con moneda extranjera con legislación local, se llega a un universo de 105 mil millones de dolares que fue aceptada en el 99% de adhesión», sostuvo el economista, no sin antes aclarar que la «negociación con el FMI, es un capítulo más complejo y difícil». 

No obstante el economista del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, que conduce Claudio Lozano aclaró, que sin bien Argentina «logró un desahogo que a 2024 es relevante», porque el ahorro, en plata  no se pagará, equivale a casi 45 mil millones de dólares en 5 años. O sea Argentina logró un desahogo muy fuerte en términos del sector externo, pero, ahora viene el FMI». 

La negociación con el FMI impone «poder descongestionar los próximos años, porque el préstamo que otorgó a Mauricio Macri de 44 mil millones de dólares, no es posible pagarlo entre 2022 y 2023 ya que asciende a 35 mil millones de dólares».

Y confluye la urgencia «Argentina de reestructurar la deuda con el FMI al mayor plazo y a la menor tasa posible, con la necesidad del FMI de regularizar la situación de su principal deudor después de la actitud irresponsable».