El coordinador de los equipos técnicos del Frente de Todos, Nicolás Trotta, consideró este sábado que «hay que darle tiempo» al vínculo entre el presidente electo, Alberto Fernández, y el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, al tiempo que manifestó su «expectativa» de que la Cancillería del vecino país «pueda imponer una agenda racional en el proceso de integración» bilateral.

«Hay que darle tiempo al vínculo de Alberto Fernández con Jair Bolsonaro. La relación entre nuestros países está por arriba de lo que pueden ser los circunstanciales presidentes», sostuvo el asesor del futuro mandatario.

En diálogo con FM Milenium, el rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) se refirió a los cruces de declaraciones que hubo entre ambos dirigentes sudamericanos en los últimos meses y subrayó que ve «con mucha expectativa que (el Palacio de) Itamaraty pueda imponer una agenda racional en el proceso de integración».

«Las suertes de Brasil y de la Argentina están entrelazadas de una forma que cualquier equivocación va a terminar repercutiendo en nuestras economías y en las posibilidades de recuperación», indicó.

Por otra parte, Trotta destacó el hecho de que el primer viaje internacional de Alberto Fernández sea a México y destacó la figura del mandatario de ese país, Andrés Manuel López Obrador, a quien definió como «una referencia de lo que tiene que ser un proceso de profundización de la integración latinoamericana».

«México puede cumplir un rol muy importante en tratar de liderar junto con Argentina esta nueva etapa que se abre en Sudamérica», añadió.

Respecto a lo que será la política exterior del futuro Gobierno, el coordinador de los equipos técnicos del Frente de Todos precisó que se buscará un «profundo e inteligente diálogo con todos los países del mundo», aunque advirtió que plantearán «diferencias que no dejan de ser poco importantes a lo que fueron los últimos cuatro años».

¿Leve giro?

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, moderó hoy su discurso frente al futuro gobierno de Alberto Fernández al señalar que «la Argentina precisa de Brasil y Brasil precisa de la Argentina», al tiempo que dejó abierta la posibilidad de enviar a un representante a la ceremonia de asunción del líder del Frente de Todos.

El leve giro en el discurso del jefe de Estado de Brasil se dio un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamara por teléfono a Fernández para felicitarlo por su victoria electoral y manifestarle su apoyo para que la Argentina «logre superar los desafíos económicos».

«La Argentina precisa de Brasil y Brasil precisa de la Argentina», manifestó Bolsonaro tras las fuertes críticas que había dedicado a Fernández y que llegaron incluso al plano personal cuando el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del mandatario, se burló de Estanislao Fernández, el hijo del presidente electo.

Si bien el presidente del vecino país mantuvo en parte su tono duro al reiterar con que «no» piensa «llamarlo» a Fernández «para desearle suerte, ni tampoco ir a la asunción del mando», hizo un guiño a la posibilidad de enviar a un representante de Brasil al acto institucional del 10 de diciembre.

En este sentido, indicó: «Si alguien del gobierno quiere ir, basta que me hable. Si hubiera algún voluntario, está libre para ir».

Bolsonaro había expresado su apoyo a la reelección del presidente Mauricio Macri y luego de la derrota del mandatario en las urnas se animó a declarar que «la Argentina eligió mal», a lo que le siguieron más críticas y la burla de su hijo.

Tras esas manifestaciones, el canciller Jorge Faurie no quiso cursar una queja formal a su par brasileño para evitar una escalada peor, pero sí envió una carta de protesta al embajador de Brasil en la Argentina, Sergio Danese.

El evidente enojo de Bolsonaro con el resultado de las elecciones nacionales no solo se dio por las diferencias ideológicas que lo separan de Fernández sino también por el reclamo público del presidente electo por la libertad del ex mandatario brasileño Luiz Inacio «Lula» Da Silva.

La nueva postura, más moderada, de Bolsonaro frente a la Argentina se enmarca no solo en el contacto que Estados Unidos tomó con el futuro Gobierno sino también en la preocupación que la escalada verbal generó en empresarios de ambos países por el destino del comercio en el ámbito del Mercosur.