La nueva normativa dispuesta por Banco Central (BCRA) y la Comisión Nacional de Valores (CNV), que dispone un recargo del 35% para la compra de dólar ahorro y gastos en el exterior con tarjetas de crédito -en concepto de retención del Impuesto a las Ganancias o Bienes Personales- ha generado ruido por todos lados y algunos sectores prenden luces de alarma en un contexto económico muy complejo. Entre quienes encienden esas alarmas se cuenta el sector turístico, que atraviesa una crisis sin precedentes signada por la pandemia. Un destacado referente del rubro, en diálogo con Conclusión, apuntó que la medida no deja de ser una «devaluación encubierta» y que confluirá en una «tormenta perfecta» para quienes trabajan con este mercado.

Juan Carlos Scartascini, titular de Strada Viajes y miembro de la comisión directiva de la Asociación Rosarina de Agencias de Viaje (Arav) explicó detalladamente la medida y, aunque este porcentaje se considere como un «adelanto a cuenta de Impuestos a las Ganancias o Bienes personales», afirmó que «tanto el Impuesto País, que implicó en su momento un recargo del 30% para compras en dólares y para la compra del dólar ahorro, como esta medida, que recarga ahora un 35%» termina llevando el valor del dolar a un 65% por sobre su cotización oficial.

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«Los dos implican una devaluación encubierta, es decir, el tipo de cambio no pasó de $78 a  $130 en los números, pero en la realidad sí. Hay dos corrientes de devaluación que hemos visto en los últimos años;: la devaluación en seco, que cambia los números en la pizarra, como en el gobierno anterior de Juntos x el Cambio; o la devaluación a través de regímenes impositivos, como el anterior gobierno kirchnerista o el actual. Y para entender esto,  tal vez es más fácil mirar el dólar y ver que quien vaya a comprar 1 dólar lo va a pagar $130 y no 78, como dice la cotización oficial», explicó el titular de Strada Viajes.

De todos modos, dejó en claro que no se puede hablar de impuesto en esta última instancia porque en realidad es un pago a cuenta, anticipado de un impuesto que ya existe. 

Para entender más claramente como funciona, el también contador desmenuzó un poco la medida, explicando que «se trata de un nuevo régimen de percepción, además del impuesto País, que va a ser como pago a cuenta de Ganancias o Bienes Personales. Van a actuar las mismas entidades que actúan como agentes de percepción, los bancos por las operaciones que muevan pesos de sus cuentas o pagos de tarjetas de créditos que impliquen salida de dólares del país, pero que se pagan en pesos, es decir que accedan al mercado único y libre de cambio (MULC), las casas de cambio, en las que cada dólar se pagará a la cotización oficial + el 30% del Impuesto País + el 35% de este adelanto de Ganancias. Los terceros somos los agentes de viaje compañías aéreas y de cruceros, que, vale aclarar, no lo calcularán sobre el total, sino sobre el monto neto de la operación, es decir, el monto que implica la salida de dólares del país, sin comisiones ni impuestos». 

En este punto, el representante de Arav señaló una vuelta más sobre la compra del dólar ahorro. «Esta nueva medida contempla que no haya límites en cuanto al consumo en dólares, ni en la compra de servicios turísticos, ni en la compra del bienes en el extranjero. Se puede comprar todo lo que uno quiera, por ejemplo te comprás ahora algo en Amazon, pagás Netflix, salís de viaje y comprás sin límite con tu tarjeta de débito o crédito. Pero lo que va a ocurrir es que todo eso se va a ir consumiendo del cupo mensual disponible para la compra de dólar ahorro. Es decir, hiciste todo eso y consumiste 1.000 dólares, no hay ningún problema porque no hay límites de consumo, pero  durante los próximos cinco meses no vas a poder comprar tus 200 dólares mensuales permitido porque ese consumo se va restando del cupo de compra de dólar ahorro».

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Con este panorama, el sector turístico parece enfrentar una nueva dificultad, la «tormenta perfecta» ya mencionada por el directivo de Arav. «Básicamente nosotros tuvimos una temporada alta prácticamente inexistente – ahondó Scartascini -porque el Impuesto País salió en diciembre e hizo que la gente tuviera miedo de salir a comprar, viajar y usar sus ahorros, y significó un verano durísimo. Después de eso, vino a darnos una estocada mortal la pandemia, que ha provocado que, desde marzo no se venda practicamente nada, únicamente haciendo reprogramaciones y trayendo pasajeros que estaban en el exterior, dandole la protección a todos los pasajeros para poder cuidarlos. Y ahora esto viene a ser otra estocada, porque es una nueva devaluación encubierta que nos va a afectar antes de haber podido recomenzar, porque hasta ahora ha habido algunas ventas de servicios con cambios, pero muy marginal, asi que nuestra situación ahora es mucho más complicada».

En cuanto a ello, refirió que habrá que esperar que la gente acosutmbre su cabeza a los nuevos valores. «Ocurrió con el Impuesto País, y tendrá que ocurrir ahora, es otro seteo en la cabeza de los pasajeros. Yo no tengo dudas de que la gente va a viajar, porque lo seguirán haciendo, pero complica un presente muy difícil, con la incertidumbre económica y la crisis sanitaria».

El costado positivo

Una de las cuestiones positivas que reconocen desde Arav, en relación a esta nueva medida impositiva, es que la forma que se implementó les otorga un valor agregado a las agencias de viaje, ya que la retención a quienes compren allí sus paquetes turísticos o pasajes no se hará sobre el total de la operación, sino sobre el valor neto. 

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«La particularidad de las agencias de viaje es que en ambos regímenes de percepción no se calculan sobre el total de la operación. Ese podría ser el costado positivo de esta situación, que en la Argentina, si comprás en una agencia de viaje, el monto sobre el que se van a calcular estas carga es el valor neto, esto es real y eso representa un monto muy importante. Es decir, si si un pasajero compra en Booking o en un sitio de esos y paga un hotel en el extranjero 1.000 dólares con tarjeta, el banco le va a cobrar esos  1.000 dólares por la cotización oficial + el 30% del impuesto País + el 35% de esta nueva retención. Pero, si la compra se hace en una agencia, el monto real suele rondar en un 30% menos, por lo cual, las retenciones se aplicarían sobre 700 dólares. Esto es lo único bueno de todo esto».

En ese sentido, Scartascini valoró ese punto de vista. «Es la diferencia de comprar el producto a una agencia de las que damos cobertura y cuidamos a los pasajeros y no los hemos dejado solos. Y como ejemplo, puedo citar que la semana pasada se presentó otra acción ante la Corte Suprema contra Despegar y otros sitios de venta online, porque, en medio de la pandemia,  dejaron a los pasajeros afuera, no los protegieron, nadie les respondió y apagaron los call center. Mientras tanto, las agencias minoristas, pequeñas, medianas o micro, estábamos atrás del teléfono, a la hora que sea, ayudando a reprogramar aunque no nos hubieran comprado a nosotros».

Considerando este punto, el titular de Strada Viajes se permitió hablar de dos luces de esperanza para el rubro. «Una es esa, el saber que el trabajo nuestro vale y la gente lo reconoce y lo protege, y la otra es que este impuesto, que nos está dando una estocada y va a ser muy difícil recuperarse, al menos no se calcula sobre el total como si alguien lo comprar en un sitio por internet».