El pasado lunes, la Secretaría de Comercio derogó más de 60 resoluciones y disposiciones que obligaban a que diferentes organismos, como bancos, supermercados y colegios privados, brinden información al Gobierno sobre sus precios y stocks. El objetivo de estos cambios –según argumentaron desde el entorno del presidente Javier Milei– fue impulsar un “comercio interior más simple, menos burocrático y más transparente”.

Con estas derogaciones, las entidades bancarias y financieras ya no tendrán que informar tasas de interés anual y mensual, ni tasas punitorias. También se desobliga a informar sobre el Costo Financiero Total en los créditos hipotecarios y prendarios, y los colegios privados y empresas de medicinas prepagas ya no deberán informar a la Secretaría de Comercio el valor de las cuotas.

Una de las promesas de campaña de Milei fue la desregulación del mercado y, estas medidas, actúan en consecuencia. Sin embargo, requerirán que los consumidores pongan toda su atención cuando estén frente a las góndolas, ya que la falta de regulación habilita a estos negocios a realizar algunas trampas.

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El economista político y director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, publicó un video en sus redes sociales donde explicó cómo afectarán estas derogaciones a los consumidores.

“En primer lugar, los bancos ya no tienen la obligación de informar ni la tasa, ni el costo financiero total, ni la tasa de punitorios. Tampoco lo tiene que hacer respecto de los prendarios, ni de los créditos hipotecarios y demás. Pero no solo se desregula la obligación de informar de los bancos, sino de prácticamente todos los actores. Por ejemplo, las prepagas, los establecimientos educativos y sobre todo los supermercados, ya no tienen que informar ni los precios ni los productos que tienen en la góndola”, comentó.

Tras asegurar que con el nivel de concentración que hay en Argentina es “muy importante” saber qué hacen las empresas industriales y las de insumos intermedios, que son formadoras de precios, el economista aseguró que, con las recientes reformas, ninguna de estas compañías tendrá la obligación de dar información a la Secretaría de Comercio.

Además, apuntó: “Se les da la posibilidad a los supermercados de especular con los productos. Por ejemplo, antes de las elecciones desaparecía el aceite y el arroz, pero ahora eso no se sanciona. También se elimina lo que se llamaba Simona, un sistema de información que permitía a la Secretaría de Comercio saber si había o no productos en las góndolas”.

 

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“La derogación de varias de estas normas los autoriza abiertamente a subir los precios. En el caso de los productos de construcción, había una serie de acuerdos que permitían que el aumento de esos precios tuviera algún criterio. Obviamente ese acuerdo ya no va tener ningún tipo de vigencia”, advirtió Letcher.

Por otro lado, el director del CEPA indicó que ahora los comercios podrán “engañar” a los consumidores, dado que se eliminó el Sistema de Fiscalización de Rótulos y Etiquetas (SiFIRE), que fue creado en el 2021 cuando se notó que en el mercado había productos con presentaciones que tenían diferencias mínimas.

“Cambiaban una puntita de la etiqueta para que parezca que era otro producto. Era un incentivo a que vos eligieras ese producto y no otro. Los consumidores pueden estar inducidos a cometer errores justamente por ese rotulado. El SiFIRE vuela por los aires, con lo cual te pueden engañar abiertamente y nadie les va a decir nada”, apuntó Letcher.

Las derogaciones también implican un golpe para las pequeñas y medianas empresas y para la industria argentina ya que “se elimina el articulo que obligaba a que los supermercados tuvieran una ubicación preferencial para los productos de economías regionales, de pymes y particularmente de producción nacional”.

“También –señaló el economista– se elimina una normativa que obligaba a que los productos de características similares estuvieran en una misma góndola. Entonces vos podés encontrar productos en cualquier lugar del supermercado. El objetivo es hacerse un negocio de los lugares preferenciales que hay en el supermercado, en criollo, se llama vender la góndola y está básicamente prohibido”.

Por último, Letcher dijo que en las derogaciones hubo un “regalito para Clarín”, ya que se eliminó el control de la Secretaría de Comercio de todo lo referido a papel prensa.