Durante el segundo semestre de 2023 se registró un aumento de la pobreza en comparación con el mismo período del año anterior y contra el primer semestre del 2023.

El dato difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) indica que, entre julio y diciembre del año pasado, la pobreza alcanzó el 41,7% de la población, cuando la última información había arrojado un 40,01%. Al mismo tiempo, hubo un fuerte incremento de la indigencia.

El porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 31,8%; en ellos reside el 41,7% de las personas. Dentro de este conjunto, se distingue un 8,7% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 11,9% de las personas.

 

Esto último implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos, por debajo de la pobreza se encontraron 3.193.297 hogares, que incluyen a 12.300.481 personas; y, dentro de ese conjunto, 869.821 hogares se encuentran por debajo de la indigencia, lo que representa 3.520.174 personas indigentes. Si se expande el análisis al total de la población, por fuera de la Encuesta Permanente de Hogares, la pobreza alcanza a 19,5 millones de personas.

Con respecto al primer semestre de 2023, la incidencia de la pobreza registró un aumento tanto en los hogares como en las personas, de 2,2 y 1,6 puntos porcentuales, respectivamente. En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 1,9 puntos en los hogares y de 2,6 puntos en las personas.

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Dado que la incidencia de la pobreza y la indigencia resultan de la capacidad de los hogares de acceder a la canasta básica alimentaria (CBA) y a la canasta básica total (CBT) mediante sus ingresos monetarios, se observó que, con respecto al semestre anterior, en promedio, el ingreso total familiar aumentó un 69%. Las canastas regionales promedio aumentaron 81,6% (CBA) y 75,8% (CBT).