La pobreza alcanzó al 35,4% de las personas y al 25,4% de los hogares en el primer semestre de 2019, según informó este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

 

Entre los datos más alarmantes que arroja el informe oficial, está el relativo al rango etario que más personas abarca bajo la condición de «pobre indigente» y es el que va de los 0 a 14 años, en un porcentaje del 36,9% del total.

Según las cifras oficiales, la pobreza registró un aumento del 8,1% en comparación con igual período de 2018 y acumuló en lo que va del año un alza del 3,4%.

Proyectados estos porcentajes a la población urbana nacional, el número de pobres pasó de 11.150.000 a 14.400.000. Son 3.250.000 nuevos pobres en tan sólo 12 meses, producto sobre todo de la devaluación.

Si se incluye la población rural, el número de pobres se eleva a 15.800.000 personas, de los cuales 7,7% son personas que viven en la indigencia.

Con los últimos datos relevados por el Indec, el 25,4% de los hogares son pobres, con lo que uno de cada cuatro se encuentran en esa situación social.

En el primer semestre de 2018, la cantidad de hogares pobres era del 19,6%, luego subió al 23,4% para fines de ese mismo año para superar el 25% en junio pasado.

El índice de indigencia alcanza al 7,7% de las personas, lo que significó un aumento del 2,8% contra el primer semestre de 2018 y una suba de 1% si se lo compara con fines del año pasado.

Respecto a la distribución geográfica de los datos, con un 52,9% de pobreza, la ciudad entrerriana de Concordia fue la más afectada por el deterioro social en el primer semestre del año. En Santiago del Estero, Corrientes y el Gran Resistencia la pobreza afecta a más del 40% de la población.

En el conurbano bonaerense las personas en situación de pobreza alcanzan al 39,8%, mientras la Ciudad de Buenos Aires, con 14,3%, y Río Gallegos, 22,7%, fueron los distritos con indicadores más bajos. En el Gran Rosario el número promedio es bastante similar al del total del país, 35,5%.

La triste realidad es que comparando estas escalofriantes cifras con las del primer semestre de 2018, cuando la pobreza urbana fue del 27,3%, afectando a 11.150.000 personas, surge que durante los últimos 12 meses se agregaron 3.250.000 de nuevos pobres urbanos. También hubo un salto de la indigencia del 4,9% un año atrás, al 7/8% en la medición actual. Aproximadamente un millón de nuevos indigentes.

Aún peor, esos guarismos no reflejan la más reciente devaluación de la moneda, que fue brusca y elevó aún más el umbral de la pobreza y la indigencia, algo que se reflejará recién en una medición posterior a la finalización del actual mandato.

De los números a la realidad

Los factores que inciden directamente sobre la indigencia y la pobreza podrían enumerarse por orden de importancia: caída del salario real y deterioro de las jubilaciones y prestaciones sociales, pérdida de empleo masiva y crecimiento exponencial del empleo informal y cuentapropismo. A esto se le suma un incremento casi incontrolable de la inflación lo que se traduce un gran caída del poder adquisitivo y retracción de la actividad económica y de la inflación.

La medición del Indec se denomina de pobreza por ingresos o monetaria porque toma en cuenta los ingresos de las personas y familias y los contrasta contra el valor de la canasta de alimentos básicos y la canasta básica total.

De acuerdo a esa comparación los valores de ambas canastas en esos 12 meses, a junio, aumentaron entre un 58,3% y 58,9%, por encima de la propia inflación frente aumentos de salarios y de jubilaciones en torno del 35% y de deterioro de ingresos de los cuentapropistas informales y monotributistas registrados.

Se trata del peor índice de la gestión del presidente Mauricio Macri ya que había alcanzado el 32,6 por ciento en 2016, mientras que el segundo semestre de 2017 había sido el mejor, con 25,7.

La mayoría de los análisis espera un porcentaje que se incrementará al menos en dos puntos en el segundo semestre de 2019, por lo que el índice se acercaría al 37 por ciento.