Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires 

El economista de la UCR, Miguel Ponce, dialogó con Conclusión y analizó los efectos de la negociación del gobierno con los bonistas extranjeros, y lo que se viene con el FMI, sin embargo, estimó que una de las maneras de favorecer la producción y el consumo, es sacándoles presión tributaria y grabando a quienes tienen mayor capacidad contributiva. En el contexto post pandemia y por lo inédito del fenómeno, sostiene que «Argentina puede resurgir en forma inédita» en materia económica.

Para Ponce «es un momento particular porque estamos cerrando el capítulo que condicionaba todo lo que tiene que ver con el escenario de la macro, la negociación con los bonistas» para lo cual consideró que si bien «era el paso necesario, no es suficiente».

Con la mirada puesta en el futuro, el economista adelantó que cuando se cierre el capítulo de los bonos en moneda nacional llegaremos al 100 por ciento. Además, otro aspecto que se debe considerar es que esto evita que el tema sea tratado en los tribunales de New York.

«El paso inmediato que se puede dar por iniciado, es que el proceso de acuerdo por la situación de los restos del stand by firmado por el gobierno anterior – que no llegan a los 57 mil millones de dólares – porque se suspendió el último envío implicara que se deba redefinir un nuevo estatus que reemplace el acuerdo de ese momento», precisó el el director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior Siglo XXI.

Para el economista radical, una salida es la de un nuevo stand by, para afrontar los pagos que hay que realizar, donde lo único que se modifica es que hay que intentar que se gane tiempo para ese proceso de repago y esa economía que permita generar los dólares para efectuar el repago», y «la segunda alternativa es un programa de facilidades extendidas».

La diferencia entre uno y otro, es que el stand by va entre tres y cinco años y tiene controles trimestrales, en tanto que el programa de facilidades extendidas va entre 4 y diez años, pero con controles mensuales, pero con diferencia del primero que tiene condicionantes, porque los organismos piden algunas reformas estructurales importantes, como ser impositivas, laboral, jubilaciones, etc.

Ponce estimó que el gobierno intentará lograr tiempo y un egreso de deuda en estos dos años 4.800 millones de dólares, que «es nada en relación a lo que había que pagar y conseguir que el fondo acepte que hay déficit fiscal».

El especialista no descartó que frente al panorama mundial, se pueda dar que «tengamos una salida inédita, es decir que es posible una salida heterodoxa que no esté dentro de lo conocido, hay que estar atentos porque la solución vendría después que se resuelvan las elecciones en Estados Unidos, con el FMI».

Respecto de los condicionamientos que el FMI podría sugerir, Ponce dijo que «el presidente Alberto Fernández, manifestó explícitamente que no iba a tolerar entrar en reforma que afecten las posibilidades de desarrollo, si es posible que haya reforma en las jubilaciones», y la reforma impositiva que esperamos para favorecer el consumo, producción y salario pero también que los sectores que tienen mayor capacidad contributiva sean los que tengan que poner más.

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