El sector automotriz atraviesa una crisis mayúscula con un desplome de todos sus indicadores a partir de las altas tasas de interés y la elevada inflación. Debido a la acuciante situación, las empresas están desesperadas y advierten que salvo Toyota “todas están en riesgo de cerrar sus plantas”.

Fuentes allegadas a la industria automotriz anticiparon que la planta de Ford ubicada en General Pacheco sería una de las que más cerca se encuentra del cierre, mientras que General Motors por el momento decidió mantener la inversión que había proyectado de 300 millones de dólares en su nueva planta de Rosario, luego de la amenaza de anularles la desgrabación de ingresos brutos que habían acordado con el gobierno provincial.

Según los datos de la Asociación de Fábricas Automotores (Adefa), las ventas a concesionarios cayeron un 50 por ciento de forma interanual en octubre y la producción lo hizo en un 11,8 por ciento.

Por su parte, la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) informó una merma de patentamientos que el último mes alcanzó el 38,5%.

«Las ventas se cayeron por las astronómicas tasas de interés que tornaron inviables todos los planes de financiamiento de bienes durables y la desesperación por vender provoca descuentos que traban todo el mercado de usados», explicó a este medio el analista de mercados Francisco Uriburu.

Paralelamente, las empresas denuncian que la morosidad está llegando al 50 por ciento porque los planes se tornaron impagables. Sucede que la elevada inflación espiralizó todos los precios relacionados al mantenimiento de un auto. Los planes de ahorro aumentaron un 80 por ciento en los últimos doce meses, los seguros lo hicieron en torno al 60%, mientras que los combustibles tuvieron un salto del 65 por ciento en lo que va del año.

El único componente positivo que había traído la crisis para esta industria era el incremento de las exportaciones a partir de un tipo de cambio más competitivo, pero inmediatamente el Gobierno fijó un nuevo impuesto de $3 por dólar exportado y el impacto se hizo sentir en los números de octubre.

Si bien se registró un alza del 4% de las ventas externas contra el mismo mes del año anterior, respecto a septiembre se produjo una baja mensual del 5,6% que se reflejó en un nuevo déficit comercial con Brasil.

«El crecimiento exportador duró solo un mes. Con esta carga tributaria y los ineficientes costos argentinos es imposible exportar desde acá. Los exportadores van a conservar a sus clientes, pero van a vender desde países que tengan una política más favorable», indicó Uriburu.

De hecho, fuentes cercanas a Fiat transmitieron su temor por el futuro de esta actividad, dado que «el mercado brasilero podría absorber toda la producción». Advertencias similares ya habían sido realizadas públicamente por el presidente de esta compañía, Cristiano Rattazzi, quien ironizó sobre la ínfima baja de tasa de interés que salieron a festejar desde el Gobierno y aseguró que «el mercado no le cree más a Macri».

Por su parte, el presidente de la firma argentina de Volkswagen Hernán Vázquez ya había sostenido hace unos pocos meses que si a fin de año no se controlaba el nivel de las tasas de interés, podrían estar obligados a cortar la cadena de pagos.