Una máxima que conocen quienes están en política es que muchas veces lo que se diga desde la oposición o fuera de la función pública puede volverse en contra cuando toca gestionar, con las vicisitudes de la realidad que se impone y arrasa con la teoría, sobre todo en el plano económico.

Víctimas de esa premisa, por error u omisión, dos funcionarios técnicos del Gobierno de Mauricio Macri quedaron en el foco en redes sociales este martes por tuits en los que se referían al cepo cambiario del último tramo del Gobierno de Cristina Kirchner luego de la imposición de medidas similares en los últimos días atentos a «cuidar las reservas» ante la fragilidad financiera de las arcas.

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Se trata de Guido Sandleris, presidente del Banco Central (BCRA), y el actual ministro de Economía, Hernán Lacunza, que mantuvieron un diálogo tuitero en 2012 y fue rescatado por varios usuarios a partir de las decisiones comunicadas por el titular de la autoridad monetaria argentina este lunes.

El pasado lunes, tras la confirmación de la victoria de Alberto Fernández en las elecciones presidenciales del domingo ante el actual mandatario Mauricio Macri, el titular del BCRA fijó oficialmente la limitación a la compra de divisas y sólo se puede comprar 200 dólares por persona de forma mensual.

La limitación de 200 dólares es para aquellas personas que hagan la operación vía homebanking, mientras que para las compras en efectivo sólo se podrán adquirir 100 dólares.

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«Se que esta medida, aun siendo transitoria, es muy estricta y afecta a muchas personas. Su objetivo es preservar las reservas en este periodo de transición hasta tanto el nuevo Gobierno defina su lineamiento de política económica y se disipe la incertidumbre», apuntó Sandleris.

El titular del BCRA aclaró que el resto del esquema cambiario permanece sin modificaciones. «Buscamos preservar lo más posibles a la economía real de los vaivenes financieros. Por eso las medidas anunciadas se enfocan solamente al acceso para atesoramiento y no afectan la demanda para el comercio exterior o el pago de deudas», detalló.

Desde la asunción de Lacunza, luego de las elecciones primarias de agosto, ya regía un control de cambios aunque algo más laxo, con un límite en torno a los diez mil dólares.