El presidente Mauricio Macri realizará mañana su primer viaje internacional para asistir a la Cumbre del Mercosur en Paraguay, donde se espera que le pida a su par venezolano, Nicolás Maduro, por la liberación de los dirigentes opositores presos.

Tras sus viajes como presidente electo a Brasil y Chile para reunirse con las mandatarias de esos países, Dilma Rousseff y Michelle Bachelet, respectivamente, el jefe de Estado hará su debut en el exterior y en un cónclave del organismo regional.

La relación con Venezuela será uno de los puntos en los que se sentirá el cambio de signo político que se produjo con la salida de Cristina Kirchner y la asunción de Mauricio Macri.

El reclamo por la liberación de los presos políticos al Gobierno de Nicolás Maduro fue uno de los puntos que blandió el líder del PRO en la campaña y, específicamente, la posibilidad de pedir que se aplique la cláusula democrática para suspender al país caribeño del bloque.

Esa sanción, así como otras desde el punto de vista comercial, están supeditadas a que un socio del Mercosur evidencia una «ruptura del orden democrático», tal como lo establece el Protocolo de Ushuaia de 1998.

A pesar de que el Presidente se había comprometido a pedir la aplicación de esa cláusula, fuentes de la Casa Rosada descartaron que se vaya a llevar a cabo el procedimiento formal, aunque señalaron que los «por abusos y persecución a opositores» se planteará.

En ese sentido, Malcorra había anticipado en la semana que el Gobierno «está viendo de qué manera generar una conversación que sirva para alentar a Venezuela» a que libere presos políticos.  «Estamos viendo de qué manera generar una conversación que sirva para alentar a Venezuela del camino para resolver estas cuestiones, porque los principios del Mercosur coinciden con los de la Carta de las Naciones Unidas por los derechos humanos y tenemos que ser consistentes», había precisado la titular del Palacio San Martín.

El triunfo opositor en las pasadas elecciones legislativas venezolanas cambiaron los planes del Gobierno, ya que, al entender de la canciller, «nada indica que haya una razón para la aplicación de la cláusula democrática».

Por su parte, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, había señalado que Macri llevará a Asunción «el tema de la integración del Mercosur»: «creemos mucho en la importancia de ese espacio regional no sólo en lo económico, sino también en lo político, social y cultural. Tenemos que fortalecerlo».

Respecto del tema Venezuela, el ministro coordinador resaltó que «por supuesto se planteará», aunque resta conocer el modo en que se le reclamará a Maduro la liberación de los presos políticos.

A su vez, la edición número 49 de la Cumbre del Mercosur, en la que Paraguay le entregará la Presidencia Pro Témpore a Uruguay, servirá para avanzar en la posibilidad de consolidar un tratado de libre comercio con la Unión Europea, así como también se iniciará un camino de apertura del Mercosur a la Alianza del Pacífico.

Desde el viejo continente se mostraron abiertos a «iniciar las negociaciones para un acuerdo comercial con el Mercosur, si es que la Argentina está dispuesta a mejorar su oferta ya presentada», había afirmado el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, a fines de noviembre en una visita a Asunción.

Los europeos reclaman «una mayor ambición» por parte del nuevo Gobierno, ya que consideran insuficiente la oferta de una apertura del 87 por ciento debido a que la UE propone por su parte el 91,5.

«Tenemos que entender que hay que ir convergiendo hacia la Alianza del Pacífico», había manifestado Macri en su visita a Chile, país que integra ese bloque regional.

Otro de los temas que planteará será el de la lucha contra el narcotráfico, ante lo cual pedirá la colaboración de los países de la región para establecer mecanismos conjuntos en ese sentido.

Al ser un viaje corto y con una comitiva muy pequeña, el líder del PRO utilizaría el Tango 10 para arribar por la mañana al Aeropuerto Silvio Pettirossi y regresar horas después de que termine el encuentro al que asistirán sus pares de Brasil, Dilma Roussef; de Uruguay, Tabaré Vázquez; de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Evo Morales; y el anfitrión, Horacio Cartes.

Por parte de los estados asociados, sólo había confirmado su presencia la mandataria chilena, Michelle Bachelet; mientras que el colombiano, Juan Manuel Santos, había anunciado que no sería de la partida.

Restaba confirmar la asistencia de los mandatarios de Ecuador, Rafael Correa; de Perú, Ollanta Humala; Guyana, David Granger; y de Surinam, Dési Bouterse.